En Sueño Profético decían:
La Jerarquía de la Iglesia del
lugar donde Esto está ocurriendo, debería mandar a la Cabeza de la Iglesia
justificantes de este Caso, aunque hace tiempo que debía haberlo hecho. También
tiene que pensar esta Jerarquía, que Dios ha querido que Esto pase donde ellos
viven, y que esto ya es un premio. Si estudian esto, verán que lo hacen mal.
Ellos son los que tienen que apartar a los que les molesta oír las Palabras de
Dios.
Hablaban del pago tan malo que
Dios recibía de una cosa tan grande como ésta, de la que no se puede describir
la alegría que el cuerpo siente cuando la Palabra de Dios entra en tu espíritu.
Cuando esto ocurre, te crecen las fuerzas de Dios. Estas fuerzas, al que le
llegan, se le ven y se le notan.
Desperté, oí:
Si estas cosas que de Dios pasan,
dando Mando, les pasaran a los hombres en la Tierra, con sus carreras u oficios
formarían un gran escándalo, presentando lo que otros no podían hacer.
Pues esto justifica que el hombre
defiende lo temporal y abandona lo que siempre es eterno.
Se oían en la Gloria estas
Palabras:
El hombre debería presentar su
cuerpo y dar sus palabras, diciendo que la Jerarquía de la Iglesia, en este
Caso, no puede seguir así.
Dios da Permitir, pero este
Permitir ya se ha terminado.
Si todos los que has llamado se
presentan a la Jerarquía de la Iglesia, van a mover lo que Dios quiere que se
mueva.
Ya, que su tiempo sea para cundir
que Dios está ya más de 40 años arrobando un espíritu, y lo que le dice en la
Gloria y después le dicta, en Libros se puede ver.
Lo más tuyo puede que un día diga
lo que su espíritu siente.
Esto puede compararse con árbol
tronchado, que cuando llega su tiempo, el árbol crece y se viste con hojas que
luego dan más escándalo.
Y así más al árbol tienen que
nombrarlo.
Antes de llegar el sueño, el
pensar del Elegido era éste:
“Señor, si no me porto bien, te
pido que me lo digas, pues yo te prometo que seré cada día mejor”.
Se veían en el Sueño a muchos,
diciendo: “Señor, que me quite lo que me hace retirarme de Ti”.
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C2
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