En Sueño Profético decían:
Estas Palabras, dichas y luego
dictadas, son para el Elegido que Dios trae Aquí, a su Gloria:
“Cuando te lleguen alegrías, no
las calles, si son nombrando a Dios. Y cuando tengas sufrir, escóndelo, y así
más te quiere Dios. Porque con el sufrir que tú cuentes, el hombre ofende a
Dios”.
Dan en la Gloria este consejo:
que no se deje el contacto con el que está dispuesto a cantar estos Mensajes.
Ya que este Mando viene para él también. Que Dios ha dejado un tiempo su
Permitir, pero ya se ha cumplido el tiempo del Permitir de Dios.
Desperté, oí:
A esto ya le ha llegado su tiempo
de que Dios no admita ya tanto desprecio.
Esto hay que ponerlo a escala
mundial, porque no hay otro caso igual.
El sentir del que ama, ni se
compra ni se vende.
No habría dinero para comprarlo.
Y venderlo, pides antes la muerte de tu espíritu y de tu cuerpo.
Decían en el Sueño, que las
alegrías no las calles, si son nombrando a Dios.
Pues las alegrías superan el
silencio, porque sale fuera el Amor que va por dentro.
Amor que no es del hombre.
Amor que no es para la Tierra.
Amor que baja del Cielo,
y ya preso te quedas.
Este Mensaje lleva Mando del
Cielo para que pronto sea contado lo que Dios dice en su Reino.
Cuando oigan estos Mensajes en
alta voz, con gran abundancia de canciones, tendrán que pedir Perdón los que a
Dios desprecio Le dieron.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C5
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