En Sueño Profético decían:
Publicar lo que ella ha visto Aquí, ha sentido y ha oído, esta publicación es grandiosa.
Pero lo que ya no pueden buscar, en nada que esté escrito por el hombre, son estas Frases y estas Palabras dichas en tan pocas letras, y que estas pocas letras digan tanto. El hombre ve que esto no es de otro hombre.
Estos Escritos, verás su gran efecto en el que dice: “Yo no creo en Dios”. Al oírlos, su espíritu quitará este “no”, y en sus oídos tendrá tintineo diciendo: “¿Crees en Dios?”. Y esto ya hará que muchos lean, y que reclamen que no se pare esta Publicación.
El que a ella oye leer sus Dictados y hablar de Aquí, jamás puede comparar con nada que Dios mandó escribir anterior a ella, ni a este oyente pueden dejar indiferente estos Mensajes.
Desperté, oí:
Hay quien compara estos Escritos con los anteriores mandados a escribir por Dios.
Cuando Dios habla por el Portavoz, tú tienes que decir: ¿Aquello es igual a esto? ¡No! Esto es igual a aquello.
No estaría correcto que compararas a la persona con el retrato, y sí, al retrato con la persona.
Si quieres saber si habla Dios, quítate el “yo”.
Este “yo” te adula ahí y te aparta de Aquí.
Dios constantemente te está diciendo que no murió, y que para que el hombre ame, habla Dios.
Si Dios te permite tu cargo ahí, es para que divulgues más de Aquí.
De Aquí fuiste, y Aquí tienes que venir.
Fuiste permitido el ir ahí, pero tu espíritu, si tú no lo sanas ahí, éste, a Dios no ve Aquí.
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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 167-168
Los Mensajes no son reflexiones humanas sino Palabra de Dios. No hay acontecimiento mayor para el hombre que Dios le hable.
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