En Sueño Profético decían:
El hombre está tan lejos de Dios, como el niño cuando nace, del andar y el masticar, del accionar y coger, de sujetar y apretar. Por eso, esta Enseñanza tiene que ser presentada por la máxima jerarquía, para dejar al descubierto a los que continúan tapados, arropándose con: ¡Bueno...!, y ¿qué dice la Iglesia...?
A éstos no les agradaría, por razón de tener que abandonar muchas cosas que pertenecen a la Tierra y perjudican al Cielo, y dan tan mala enseñanza, que te llevan al Infierno.
Dijo uno:
¡Qué cierto que es la Iglesia la que tendría que tener esto en sus manos, y gritarlo a cuatro vientos sin poder nadie pararlo, por ser mandato del Cielo, y así el hombre vería que la Iglesia es Dios, y el Cielo manda a la Iglesia, y la Iglesia habla al hombre, y ya el hombre es Iglesia!
Si el hombre no tiene Amor, aunque crea que no es Iglesia porque Iglesia es Dios, sitio donde reverencias sus Palabras y a tu espíritu alimentas con el Cuerpo de Cristo, y recuerdas las Palabras que dijo a sus Discípulos: “Éste es mi Cuerpo. Al que Me quiera, Yo nunca Me negaré”.
Desperté, oí:
¿Qué hubiera hecho Dios Hombre
si los Discípulos callan
y no dicen que era Dios,
y al cabo de otros siglos
cuentan otros hombres
lo que a éstos encomendó?
Dios, cuando le habla al hombre,
si Le guardara silencio,
ya sabría que no era de Él.
Esto sería saber del hombre
y engañar a Dios.
¿Cabe este pensar
en cabeza de hombre
que no sea subnormal,
que esté defendiendo un cargo
y el “don” le den al llamarlo?
El que Dios le dice:
“Ve delante”, lleva el agrado
del Amor que le ha mandado.
Y detrás lleva Poder,
que aparta y grita la fuerza,
y no se puede esconder
lo que ya del Cielo lleva.
¡Qué cosa tan infantil sería
que Dios te hablara a ti,
para que tú te callaras,
y después otro dijera
el mandar que Dios te daba!
***
Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 79-80-81
Todos los que formamos parte de la iglesia deberíamos plantearnos si damos culto a las tradiciones o a Dios Vivo.
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