En Sueño Profético decían:
Dios siempre se manifiesta como Dios: amando. Y el hombre siempre responde despreciando, creyendo que él es el dueño de los días, de los meses, de los años. Y no es dueño de terminar una palabra que esté hablando. El “sí” puede empezarlo y no terminarlo; y el “no”, no salir a sus labios, porque en el “no” no mandó. Si esto el hombre lo pensara, cuando amanece el día o cuando se va el día dándole entrada a la noche, el hombre a Dios amaría, porque ya sería muy largo el pensar: “¿Veré yo el día mañana?”. Y si el día estaba viendo, a la noche le diría estas palabras: “Tú anunciaras mi muerte cuando llegue el mañana. Voy a cambiar mi vida desde hoy, que antes que Dios no hay nada. Y esto lo practicaré los días, los meses y los años que Dios de vida me dé, porque yo no mando en ella. Y siendo el dueño de ella, yo tengo mi vida en contra de Él”.
Desperté, oí:
¡Qué meditación más buena,
si el hombre esto pensara,
viendo el Sol o las estrellas!
Noche o día,
llámale como tú quieras.
Pero haz por reformarte
de aquello que no es de Dios,
que es del hombre de la Tierra.
Busca a Dios y verás
qué pronto Él se presenta.
En la Paz que tu espíritu
luego le dará a la materia.
Ya esto te hace pensar:
“Mi vida ya sabe Él cuándo se va.
Yo, tanto que quiero para ella,
no mando en detenerla”.
Cuando oiga la llamada
del Dueño de las dos vidas,
la temporal y la eterna,
dejaré mi cuerpo sin vida,
con pobreza o con grandezas.
Busca a tu vida compaña
que siempre te hable y te guíe
para hacer lo que Dios mande.
Que el Mando que va de Dios
no es mando.
Es un Mando con Amor,
que siempre te da buen pago.
***
Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C3
Pues pensando y repensando al terminar el Mensaje, se me viene a la memoria de los muchos que he conocido y han dejado este mundo en la manera que cuenta.
ResponderEliminarUnos de repente,otros algo malos, y la mayoría aunque enfermos no creían que ya tocaba partir.
No vale la pena perder la Gloria por un poco de miseria que es lo que da esta tierra.