En Sueño Profético hablaban del Poder de Dios. Decían:
Igual se ve –el que quiera verlo– en lo grande y en lo chico.
Se vio el campo –pero en el monte–, y unos elefantes bajaban. Eran tan grandes, que parecían murallas. Había unos agujeros y se veían hormigas, éstas subían el sitio que los elefantes bajaban.
Dijo uno:
Igual que el elefante, necesita la hormiga. Y donde llega el elefante, llega la hormiga. Y puede que el elefante se rinda antes que la hormiga. Con su presencia tan grande, él baja, la hormiga sube. Uno parece más fuerte para aguantar esa vida, pero la hormiga le puede en defender su vida. Dios actúa en lo grande que el hombre no puede llegar sin herramientas, porque el elefante lo mataría. En la hormiga, ¿qué cirujano sería capaz de abrirla y volver a cerrarla y dejarla con vida?
Si el hombre estudiara lo que es el Poder de Dios, no le extrañaría nada cuando viera que él, sin Dios, no era nada.
Desperté, oí:
La hormiga necesita de Dios
como el elefante:
tierra, comida y aire.
Si el hombre pensara en Dios,
él ya se vería nadie.
No puede llegar,
a uno por chico,
y a otro por grande.
Ha sido su Poder comparando
para cuento de niños.
Para el mayor,
ve realidades.
Que el Poder de Dios actúa
en lo chico y en lo grande.
En el venero que brota,
y en los mares.
Cuando las olas quieren subir al Cielo
para que su Dios les mande.
***
Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C5
Que termino más precioso tiene el Mensaje! Da a las olas sentimientos para a Dios llegarle!
ResponderEliminarY lo de operar a la hormiga??? No se le ocurre a nadie!
Bendito sea Dios, qué Mensaje!!