En Sueño Profético decían:
¡Es pena que el hombre no busque a Dios cuando en la Tierra no encuentre el remedio para sus sufrimientos! Y si el sufrimiento le sigue, a Dios va ofendiendo.
Se vieron dos mujeres –con vestimentas de otros tiempos–, de espaldas, y estas palabras iba una diciendo:
“Yo siempre estaba buscando a Dios, cuando mi cuerpo vivía, para pedirle por aquellos que sin Él creían que vivían. Cuando me contaban sufrimientos, yo corriendo les preguntaba, y a Dios les nombraba mucho, si llevaban vida de Prójimo, porque la vida de Prójimo es llamada que Dios hace para el que quiere oírla y sabe que Dios allí espera”.
Ya se oyó hablar a otra, pero seguía el diálogo:
“Si yo a ti no te encuentro en aquellos momentos malos, hoy no vivo Gloria”.
Desperté, oí:
En esta estampa que Dios pone, una tiró de la otra y hoy las dos están en la Gloria.
La que tiró, sufrió mucho, y sufrir iba quitando.
Al Prójimo lo cogía como medicamento que Dios le iba dando.
La que por ella estaba con Dios, la vio un día de invierno por la calle con dos chiquillos chicos y otro agarrado al cuello, llorando, porque el frío le ponía el llanto.
Vente conmigo –le dije–, que voy a hacer que te vean los que no conocen el frío pero son buenas personas.
A mí me ruegan: “mujer, tú, que Dios te lleva al sitio donde más hambrientos hay, cuenta con mi casa y te llevas de lo que hay”.
A la casa la llevó, y ya el frío su tiempo lo cumplió.
No sólo salieron los cuatro sin frío.
Les aseguró comida, y trabajo para cuando uno de los niños fuera mayor.
Pero fue el premio más grande que la Gloria la ganó.
***
Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C7
Que Alma más bella luce quien va buscando al necesitado !
ResponderEliminarEs para pasar por los filos del frío con tres chiquillos pequeños y no tener donde encontrar refugio
Gracias Señor que la pusiste en su camino🌅