En Sueño Profético decían:
Si quieres vivir sin Dios,
ya no le sirves al Prójimo.
Si quieres vivir sin Dios,
la compasión no te llega,
y ya vives una vida
que a nada el bien tú le encuentras,
ni tú recibes ayuda,
porque tu pensar te hace
que no la veas
ni darla tampoco puedas,
porque la ayuda sin Dios,
siempre es sucia
y Aquí no tiene valor.
Vivir sin Dios,
por muchos bienes que tengas,
tente tú mismo compasión.
Dijo uno:
Si vives con Dios,
Él te hace que veas,
donde está nublado, el Sol;
en lo imposible, lo fácil;
en la escasez, la abundancia;
y en lágrimas, confianza.
El vivir con Dios,
achica y agranda.
Achica el sufrir,
y agranda aquello
que tú crees
que no te podía cundir.
Vivir con Dios,
se nota en tu vivir,
porque ya no puedes vivir
donde no vivan con Dios.
Desperté, oí:
Si tú vives con Dios,
notas donde no vive Dios.
Lo notas en el sentir,
antes de que oigas palabras.
Lo notas en el sufrir que vive
el que no puede vivir
sin aquello que no le hace falta.
Es grande la diferencia
de uno que viva para Dios,
a otro que viva
para las cosas de la Tierra.
El de Dios va dejando Paz
y ayudando en lo que pueda.
Que si la ayuda es al espíritu,
la alegría la dobla.
En la ayuda que es al espíritu,
el cuerpo coge mejora.
Y ya vives en la Tierra,
pero vives en la Gloria.
***
Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C7
No hay comentarios:
Publicar un comentario