Aceptar con alegría

En Sueño Profético hablaban hombres que siguieron a Jesús de Hombre en la Tierra. Hablaban palabras y hechos que no están escritos por nadie saberlos, de los que están hoy con cuerpo. Y es que el hombre nunca ha querido saber del Cielo.

Tuvieron a Dios con Cuerpo, y muy pocos Lo buscaron. Él iba en busca de ellos. Que esto lo recordaron con lágrimas en los ojos, cuando Se subió a los Cielos.

Por esto hay tan poco escrito de la vida de Dios Hombre, Salvador del Espíritu y Maestro de las dos Vidas en un mismo Cuerpo.

Dijo uno:

Yo soy uno que presencié varios hechos. Si todo se hubiera escrito, Enseñanza y Palabras del Maestro, ¿cuántos miles de libros se habrían hecho? Luego, de esos libros, habría para hacer más libros, de cada caso y de cada hecho.

Dios Hombre quería enseñar a todos, pero todos no querían oír al Maestro. Él daba el mismo Amor cuando veía que querían su Amor y querían Comprenderlo, cuando no Le preguntaban: “Maestro, ¿por qué has hecho esto?”.

En esta pregunta ya decían que no Lo creían como Dios del Cielo.

Si Él hacía lo que el Padre Le mandaba, ¿cómo ellos tenían duda de lo que estaban viendo?

Desperté, oí:

El quería aceptación con alegría,
antes que Quererlo.

Aceptar con alegría,
más acercaba al Maestro.
Quererlo sin aceptar y Seguirlo,
dudando de sus Hechos,
no quería Él que dijeran:
“Yo voy con el Maestro”.

Éstos no tenían fuerza,
ni su espíritu, ni su cuerpo.

Y lo que veían raso,
nublado lo iban poniendo.

Él quería,
que el que hablara del Maestro
dijera estas palabras:
“Es Dios,
por lo que me estás diciendo”.

Si yo puedo ir contigo,
mándame pronto el sí,
porque yo, sin Conocerlo,
sé que no es hombre de aquí.

El que decía Quererlo,
sin aceptar,
Dios hombre lo retiraba
porque hacía pecar.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C2