martes, 28 de mayo de 2019

Si no existiera este Mundo, no habría luz, ni agua, ni tierra

En Sueño Profético decían:

Si no existiera este Mundo,
no podría existir ése.

Ése depende de Dios.
Dios no depende del hombre.

Si no existiera Dios,
el hombre acabaría con  el hombre.

El hombre vive a “lo fiera”,
que antes de que llegues te muerde.

Hasta que llega a la raya
que Dios el Permitir le tiene.

El hombre sabe de más,
que él de un Poder depende.

Depende él y lo suyo,
que él se cree que es dueño.

Si no existiera este Mundo,
se acabaría ese mundo trabajoso.

Que ese trabajo lo ponen
porque no piensan
en el Otro, estando ahí.

En Éste, hay que decir
cuando sólo hay espíritu
y está oyendo el “Decir”.

Dijo uno:

El hombre sabe que no puede asegurarse su vida diciendo: “muero tal hora y tal día. A mis seres queridos les voy a alargar la vida”.

En esto está suspenso el director y el alumno; el médico y el paciente; el que siempre vivió en el campo con la mirada en el cielo y a la tierra acariciando, y el rey que a su llegada el palacio se le inclina y no tiene que llamar por la grande disciplina que exige este nombre al nombrar.

Desperté, oí:
¡Qué cierto que la vida,
para ti o para el ser más querido en la Tierra,
tú no puedes guardarla ni detenerla!

Se ha nombrado lo más grande
que el hombre tiene por grande en la Tierra.

Aquí lo grande es amar a Dios
y querer pasar de esa vida a Ésta.

Si no existiera este Mundo,
no habría luz, no habría agua
y no habría tierra.

Y el espíritu acabaría
cuando la carne se entierra.


***

Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C4

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