En Sueño Profético decían:
Cada día y cada noche
hace Dios más Presencia,
para que vea el hombre
que sin Dios
no habría día ni habría noche.
Cada día y cada noche
tiene el hombre que pensar
que a estas dos fuerzas sin manos,
el hombre no puede llegar,
y ellas no obedecen a su mando.
Cada día y cada noche
tiene el hombre más fracasos,
por no respetar en el día y en la noche
lo que Dios tiene mandado.
Para el día es Prójimo y trabajo.
Para la noche es la oración
y pedir a Dios
el quererse como hermanos.
También la meditación,
para que al próximo día
amanezcas reformado,
y aquello que hiciste mal,
veas cómo el mal borrarlo.
Desperté, oí:
Este espíritu de Dios,
más de un siglo,
la Tierra no está pisando.
Pero un siglo para Dios,
un segundo ya es más largo.
Él compuso esta oración.
“Noche y día” él la llamaba.
Decía:
Si todas las manos que hay
en la Tierra se juntaran,
empujándole a la noche
para que el día llegara,
la noche seguiría su curso,
y al hombre,
en ridículo dejaba.
¡Noche y día,
que su casa es el Cielo,
donde su Dueño habita
y manda al Universo!
La oración de “Noche y día”
le hace falta al progreso.
***
Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C7
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