El barbero

En Sueño Profético hablaban de la experiencia. Decían:

La experiencia vivida amando a Dios, te da título. La experiencia es la que enseña primero que los libros. De la experiencia se hacen libros. De los libros no haces experiencia. La experiencia puede ser un camino determinado, y puede ser infinidad de caminos. Pero la experiencia puede tenerla quien no sea universitario. La experiencia no es más amiga del letrado.

Dijo uno:

Había un barbero en mi pueblo que media semana abría la barbería y media semana la tenía cerrada. Este cierre lo daba para visitar otros pueblos que barbería no había, y él iba a sus mismas casas. Tenía un mulo bastante sano, que la salud, belleza le daba. Y a él también le gustaba que lo conocieran por los caminos. Le hizo un aparejo al mulo, por el que conocían al barbero. Una arquilla con clavos dorados encima del aparejo era su barbería. Cuando llegaba a las casas sacaba su blusón y se lo ponía. Allí ya observaba, oía y esperaba la pregunta: “¡Qué…, barbero…! ¿Qué opinas…? Un silencio era primero, y luego él contestaba pensando primero: “¡Dios mío!, que mi respuesta sea dando Paz”. Pues la opinión del barbero era de tal experiencia que le daba las palabras la vida que estaba haciendo. Lo mismo entraba en la casa rica que en la limpia sin dinero. Cuando entraba en el casino, tenía su clientela para dar consejos buenos. Experiencia y barbería acarreaban al Cielo.

Desperté, oí:

Este barbero amaba, primero,
a Dios del Cielo.

Trataba con Caridad
al que de él le hacía falta.

Cerraba la barbería
los días de la semana
que en su pueblo nadie iba.

Y su mulo, muchas veces,
al trote por los caminos.
Se asoman muchas veces,
a llamarlo, campesinos.

Mientras les cortaba el pelo,
algo oían sus oídos.

Penas, injusticias,
pérdidas de sus ganados,
que el dueño y arrendatario
nunca estaban de acuerdo.

Él los iba llevando
como pastor y cordero.

Como experiencia que tira
con soga fuerte, de hierro.

La experiencia y el Amor
es título de este Cielo.

Si el universitario vive
con Amor, como el barbero,
puede tener experiencia,
si no de joven, de viejo.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C2