jueves, 2 de abril de 2020

El encargado de la fragua

En Sueño Profético decían:

Hay sufrimientos en la vida que si quisieras medir y pesar, no podrías, por no tener peso que aguantara ni medida que a la altura llegara.

Hay sufrimientos tan hondos, que tienes que pasarlos para comprenderlos.

Estos que los tienen, no son como cojos, que ves las muletas o pierna más corta, y ya dan palabras como consolando.

Dijo uno:

Yo trabajaba en la fragua y cuatro había conmigo. Pero el que más mandaba, siempre del sufrimiento te hablaba. Decía:

“Si eres cojo y con muletas, todos los ojos que miren se unen a tu cojera y la lástima la sueltan. En cambio, hay sufrimientos tan grandes, que no puedes contarlos, porque los hacen mayores en vez de quitarlos”.

Contaba que el sufrió mucho de niño grande, porque su padre unos años vivió en la cárcel. Él iba a visitarlo, y siempre decía que su padre le decía:

“Hijo, muere de hambre, pero no mueras de cárcel. Yo tuve unos amigos que me arrastraron a coger lo que no era mío. Ellos entraron aquí y pronto salieron, porque hubo quien se compadeció de ellos”.

Dice que la madre lo miraba y le decía:

“No le cuentes al chiquillo nada de eso. Si tú fuiste engañado y ellos fueron los favorecidos, dile que busque amigos que a Dios sigan su camino”.

No quería esta mujer que el niño oyera “robo”. Ella le contó que un día había bebido unas copas y a la autoridad ofendió y a la cárcel fue a parar. Que sus amigos no querían a Dios, y ella mucho sufrió.

Desperté, oí:

Este encargado de la fragua tenía siempre en su boca: “Hay sufrimientos tan grandes, que si los cuentas, los agrandas”.

Porque en el sufrir guardado, todos te ponen la espalda.

Si la cárcel se nombraba, todos echaban la llave donde ponías la mirada.

Al cojo compadecían y a ti puertas te cerraban.

Si al que robó una vez, compadecen como al cojo, él da las gracias a Dios y evita que otros roben.

Da la caridad al cojo, y al sufrir, donde se esconde.


***

Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C6

1 comentario:

  1. Un mal consejo llevó a vivir grandes sufrimientos a la familia entera
    Aquí vemos la gran necesidad que tenemos de buscar a Dios a todas horas y pedirle con fé " no nos dejes caer en la tentación " pues cualquiera puede caer como este hombre cayó

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