En Sueño Profético decían:
Lo que a Dios Le pides, Él hace
que se Lo pidas. Y ya pides con la fuerza que Dios quiere que esto pidas, y
jamás te cansarás, aunque tarde en llegar lo que Le pidas.
Dijo uno:
Que esto se ve en tu petición.
Pedías, sin cansarte, que Dios te mandara quien cantara estos Mensajes. Has
tenido muchos desprecios, pero la confianza en Dios te hacía buscar y esperar,
pero sin enfado, pensando: “Dios, un día, me mandará a uno que Le siga su
Mando. Pues el que se ha ofrecido, algo ha notado, que pondrá todo lo que
pueda, porque Esto le ha calado. ¡Qué pronto comprendió que Esto era camino
distinto al camino del hombre!
Desperté, oí:
Ya, el que se ha presentado para
en alta voz cantar estas Palabras, te decía caminos que ya no hay que dejarlos.
Estaba esperando con algo
interior el querer hacer el mando.
Ya, cada día y cada hora, se verá
esto, que está costando tanto trabajo, subir las Palabras de Dios por los
montes y por los llanos.
En el Sueño de esta noche se oía
como canto de niños, y una voz dijo: “Son los ángeles, que a Dios piden por los
niños”.
Éstas eran las palabras que a coro
se oían:
“Señor, que los niños lleguen a
hombres, pero que por dentro sean niños. Que éstos defienden la Gloria y el
pecado no lo admiten”.
Para cantar estos Mensajes hacen
falta Amor de Dios, garganta y voz.
Pues si esto lo consigues, gran
premio Dios les dará.
El que esto así no vea, vive
apartado de Dios, aunque en la iglesia lo veas.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C5
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