domingo, 3 de marzo de 2024

Un gran Milagro

En Sueño Profético se vio una nube grande y una mesa estrecha y larga. De pronto se veía entrar a muchos que empezaron a sentarse en las sillas que tenía la mesa.

Ya dijo uno:

   —El Maestro no tardará, porque yo Lo he visto salir con Santiago del mesón donde todos los días espera al Maestro el dueño para pedirle por un hijo que tiene paralítico en un sillón desde que tenía cinco años. Ahora tiene veinte. Su pensar es de grande tristeza de ver que no anda. Estando diciendo estas palabras, dijo un Discípulo:

   —¡Ya viene el Maestro con uno que es el del mesón!

Todos nos pusimos de pie. Y llegó el Maestro con su Túnica y un Manto que llevaba de cintura para arriba.

Ya dijo estas Palabras al padre del paralítico:

   Aquí te esperamos hasta que traigas a tu hijo. Que Santiago te acompañe. Vendrá en el sillón para enfermos paralíticos, pero el sillón quedará vacío y lo verán andando.

El padre no podía oír esto y dijo:

   —Si mi hijo anda, yo el mesón lo vendo, porque muchos de los que entran en él no creen que Tú eres Dios Hijo. Yo este Nombre todo el día estoy nombrándolo.

Ya se fue el padre con Santiago a por el paralítico. Cuando llegaron a su casa, estaba la madre con el hijo esperando al padre, con alegría, porque una pierna ya la movía y la ponía en el suelo. La madre se fue con ellos con una gran alegría de pensar que el Maestro iba a ver a su hijo. Fue llegar y todos estaban en la puerta de una casa esperando el Milagro de que anduviera. Al ver el paralítico al Maestro, puso un pie en el suelo y dijo:

   —Maestro, yo ya no soy paralítico, porque cuando hoy me desperté oí decir: ¡Ya andas sin sillón de ruedas! Una pierna empecé a mover... Pero Maestro, yo no merezco tanto Milagro, porque habrá paralíticos que no tengan quienes los cuiden como a mí me cuidan, contentos y sin enfado.  

Llegó mucha gente y dijo el Maestro, poniendo su Mano en el hombro del paralítico:

   Ponte de pie y vente con mis Discípulos. Cuando te vean andando y que ya no eres paralítico, te cambiarán el nombre por “El que le ha hecho Dios el Milagro.

Fue terminar estas Palabras y el paralítico se puso de pie, pero ya andando, y repetía:

   —Maestro, yo no merecía este Milagro, porque muchos días me he negado a ir a verte en el sillón de ruedas.

Desperté, oí:

Él se negaba a ir a ver al Maestro en el sillón de paralítico, para que no ofendieran al Maestro, diciendo: “Si es Dios, ¿por qué no lo cura?”.

Este Mensaje es para verlo y oír lo que decía el Maestro a sus Discípulos.

Han hecho la Visión de todo, como pasó, y verla te hace pensar, con lágrimas, que para Dios nada es imposible.

Este Mensaje es para que el Elegido piense que el Poder de Dios está con ella.

Y ya, con este Poder, le puede a todo el que quiera quitar este Mando de Dios.

***

Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C6

No hay comentarios:

Publicar un comentario