En Sueño Profético se oían estas Palabras:
“Si mis Palabras son las mismas que
cuando estuve con Cuerpo en la Tierra, ¿por qué no buscan estas Palabras en el
Lugar que oye y ve mi Presencia? Este Lugar fue elegido con el Mando de mi
Padre, como fueron mis Discípulos. El que más cree en mi Existencia, más lo
busca. Su Poder retira el silencio. Este Poder baja de mi Reino. El que su
cuerpo deje la Tierra y no haya pedido mando, conociendo a este Elegido y
teniendo de sobra, éste no entrará en mi Gloria”.
Quedó silencio y unos rayos de luz se vieron
por el Cielo, que no parecía Cielo, porque andabas por en medio.
Ya dijo un espíritu de la Gloria:
“Ha sido la voz de Dios Hijo la que se ha
oído, nombrando a Dios Padre”.
Si
en estos Mensajes pensaran, tendrían muchos que arrodillarse para pedir Perdón
y cambiar su vida.
Que este Mensaje sea leído a todos los
que de aquí intentan retirar.
Desperté, oí:
Por mucho que diga el que Dios elige,
cuando oye la Voz de Dios dando Mando, poco dice.
Es una Voz que te acerca y te retira. Te
acerca el Amor que tú sientes. Y te retira, porque te llega un pensar que aquí
dictan:
“Señor, yo no merezco oír tu Voz, porque
debería, todas las horas del día, ser pregonera de las Palabras que dices en tu
Gloria y retirar a los espíritus que silencio, con engaños y sufrimientos, me
dan”.
No se puede olvidar el oír la Voz de Dios
y que sus Representantes no acudan a oír lo mismo que dijo cuando bajó a la
Tierra.
Pero hay gran diferencia en decir “dijo”,
a decir “está diciendo”.
El Sueño es corto, pero la alegría es
grande cuando piensas que un Caso como éste, hoy, no lo tiene nadie.
***
Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C3
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