lunes, 14 de mayo de 2018

Dios es lo primero

En Sueño Profético decían:

Por mucho bien que hagas en la vida, si Dios no es lo primero, piensa que lo que hiciste fue para la Tierra, pero no para el Cielo. Que después te dará la Tierra, cuando ya muera tú cuerpo, otro cuerpo ya de piedra con nombre de monumento, que ni tú ya podrás verlo, ni serán puntos aquí en el Cielo.

Dijo uno:

La Tierra, maldita Tierra, siempre está apartando del Cielo. Que si el hombre lo pensara, le daría a la Tierra desprecio y de ella se aprovecharía y a Dios pondría lo primero.

El hombre que el sentir de Dios lo lleva dentro de su cuerpo, no puede darle preferencia antes a la Tierra que al Cielo. Y menos, conociendo un Lugar donde digan: “Dios me lleva, cuando duermo, en espíritu a su Reino. Que esto no lo digo yo, que Él me lo está diciendo, y cuando vuelve mi espíritu, entonces, hace que lo que dicta lo escriba mi cuerpo”.

Desperté, oí:
No es la Tierra la culpable
de que sea lo de la Tierra lo primero.

Es el hombre, que no ama
y deja después el Cielo.

Si Amor llevas por dentro
y abonas con el pensar en el Cielo,
este Amor ya desprecia
el engaño de este suelo.

La Tierra engaña siempre
al que le falta este lleno.
Le pone obligaciones
para apartarlo del Cielo.

Este engaño más abunda
en hombres que se creen con talento.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C1

domingo, 13 de mayo de 2018

Dios te da fuerza para echar al espíritu del mal

En Sueño Profético se vio un río, y por la orilla iban unas mujeres que no se oía lo que iban hablando. Se quitó aquella Visión y se vio un hombre, y éste dijo por Mando de Dios:

Un día, yendo con el Maestro por esta misma orilla, pasaron unas mujeres y al ver al Maestro se detuvieron. Quedó una un poco atrás, sin avanzar hacia donde estaba el Maestro. Y el Maestro me dijo:

   –Ve y dile que venga. Que Yo iba por otro camino y Me he venido por éste para quitarla de lo que el espíritu del mal quiere hacer con ella.

Llegó hasta los Pies del Maestro y, sin importarle las que la veían, se puso de rodillas, y tapándose la cara, dijo:

   –No merezco el oír tus Palabras, porque las oí y me he retirado de Ti. Hoy he venido a este camino sin saber que Te encontraría.

Dejó el Maestro que la oyeran –porque antes Él ya había dicho el encuentro de esta mujer–, y dijo:

   –Levántate, que a tus lágrimas les ha llegado el Perdón y la fuerza para que le puedas a Satanás, que es el que quiere que se pierda tu espíritu, para que digan que Yo no soy Dios Hijo, enviado por Dios Padre, que es el mismo Dios.

Desperté, oí:

Esta mujer buscó al Maestro y Lo siguió, le llegaron contrariedades y se apartó de sus Palabras.

Ya no defendía sus Palabras como en tiempos anteriores.

El Maestro sabía que ella Lo creía, pero no tenía fuerzas para echar al espíritu del mal de su pensamiento.

Que siempre lo tenía detrás del sufrimiento, haciéndole ver que el Maestro no era Dios.

La llevó al río, para que su vida de cuerpo allí dejara.

Y el Maestro la espera y el pensamiento le cambia.

Ya, contrariedad y sufrimiento le sirvieron de Enseñanza.

El espíritu del mal quería que su cuerpo quedara muerto, flotando en el agua.

Dios Hombre la espera a la orilla del río, y ya llega sin compaña del espíritu maldito.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C3

miércoles, 9 de mayo de 2018

El Amor supera todo y mata la indiferencia

En Sueño Profético decían:

Es peor creer en Dios y no amarlo, que no amarlo por no creer en su Existencia.

Al no creer puedes culpar a otro. Al no amarlo, creyendo, te certificas tú mismo que eres hombre malo.

Al que no cree puede llegarle un día que, le haga creer, el milagro, y ya se incline a Dios con el “Perdón, ¡Dios mío!”. Y su cara la tape con sus manos. El que haga este arrepentimiento, está perdonado, y ya lo verás siempre de Dios hablando.

Si comparas, ves grande la diferencia de creer y no amarlo. 

Dijo uno que ya sigue el Mando:

No lo tiene esto así el hombre, y siempre lo está demostrando cuando Dios manda Poder de su Gloria y no acude el que dice que Lo ama.

Desperté, oí:

Puede llegarle más la “Palabra de Dios diciendo” al que no cree, que al que cree y no ama.

Al que no cree, si el que ama lo sigue, este que no cree hace parada.

El que cree y dice que ama, se desmiente si no acude a esta llamada, que día a día ves que es Dios el que habla.

Y pudiendo cundir, silencio le guarda.

Y hasta le molesta que no sea Elegido un sabio de letras.

Si te extraña oír que en Dios no creen, es mucho peor pensar: “Yo sé que hay Dios, pero a mí no me interesa”.

Esto lo dice tu pensamiento, y tu acción lo demuestra.

El Amor supera todo y mata la indiferencia.


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Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C5

martes, 8 de mayo de 2018

El alfarero

En Sueño Profético decían:

Tus palabras sean repetidas para el que tiene el sufrimiento o para el que pida el Perdón, pero no para el que viva el bien de este sufrimiento que el Instrumento lleva más escondido que viéndose.

Dijo uno:

Tu tiempo se ha cumplido, el tiempo de tener el deber de oír al que no sabe lo que dice ni lo que hace.

Dios Hombre dijo: “Señor, perdónalos, que no saben lo que hacen”.

Pero Aquí ya es muy repetido, para el que hace tiempo vio y ve esta Grandeza, que por ser grande, Dios manda que no se enfrenten palabras con las que no son de espíritus de la Gloria. Que esto lo sabe, que no son de Aquí, el que vive este Mando.

Esta aceptación de no cambiar las palabras que salgan de la boca del que Dios deja en él sus Palabras para Enseñanza del que las quiera, tiene que ser dando gracias al Cielo y reverenciando estas Palabras que son dichas Aquí, en el Reino de Dios, donde sólo vive el espíritu.

Esto, ya es tiempo con sobra de años, para que el que lo conoce, fuera a oír y reverenciar.

Donde no veas este contestar, queden tus palabras presas y prohibidas, como fue la prohibición al confesionario.

Desperté, oí:

Tus palabras –que no son tuyas– sean repetidas en los niños, aunque tuvieran cuerpo de hombre.

Pero no al que la palabra la utiliza para dar sufrimiento.

Dios Hombre repetía:

Haceros niños si queréis entrar en mi Reino”.  

En esta Enseñanza, para el que la conoce, ya se ha cumplido su tiempo.

El alfarero moldea,
pero no con barro seco.

Si está blando,
no se cansa el alfarero,
hasta que ve que el cacharro
ha cumplido sus deseos.

Pues la Palabra de Dios,
al espíritu lo hace barro,
si el espíritu es de Dios.

Si no está entregado,
siempre notarás dureza
y no podrás moldearlo.

El alfarero es el mismo,
pero no el mismo barro.

Piensa que el alfarero sufre
cuando no puede moldear el barro.

Pon al Elegido de alfarero,
y tú conviértete en barro,
y di: “Señor,
en tus Manos estoy.
Sin Ti, soy cieno, no barro”.


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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C7

domingo, 6 de mayo de 2018

Es fácil llegar y difícil aceptar

En Sueño Profético decían:

Todo el que Dios trae Aquí, es para que reparta el bien ahí. Pero da tanto sufrir este bien, al repartir, que si fueran buscando para este servicio hacer y presentaran respuestas del que le llevas el bien para la Vida Eterna, seguro que no aceptarían, y harían esta pregunta:

“Señor, si no acepto ni vivo tu Palabra, ¿me voy luego contigo?”.

Dijo uno:

Este Camino es duro, es de sufrimiento y sacrificio. Que antes lo llevabas tú sin sacrificio, y ya era pedirlo.

¡Es duro ver que Le niegan al Dueño lo que ha pedido!

¡Es pena ver que los hombres no tienen hambre de Dios, que es el que mantiene su espíritu, y no hay condenación!

Si el hombre pensara esto, de la Palabra de Dios, vería el sufrimiento del Elegido de Dios.

Que este sufrir se quitaría con que el hombre a Dios amara.

Esto es cadena dura para encontrar un eslabón que a tu cadena se una.

Desperté, oí:

Es fácil llegar y difícil aceptar,
si te fueran diciendo:
“Esto tienes que pasar”.

Si la Gloria no la perdieras,
pocos, pocos aceptarían.

Tienes que hacer una entrega
de servir a Dios
sin pedirle nada a cambio.

Tienes que pensar con fuerza         
en todo tu pensamiento:
“¡Qué alegría,
que Dios me está mandando!”.

“Y que mi alegría me crezca,
y nunca me pese el Mando”.

“Ponme hombres en tu Camino
que quieran hacer tu Mando”.

Si amas a Dios
y quitas el sacrificio,
haces Mando sin trabajo.

Que esto es amar a Dios,
por amarlo, no por cambio.

El hombre le da al hombre
y espera cambio.

Y Dios le da al hombre
sólo cuando Amor,
en el sufrir, Le ha dado.

Que puede ser tu sufrir
o el sufrir de tus hermanos.


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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C5

sábado, 5 de mayo de 2018

Las buenas obras y la buena enseñanza hay que publicarlas

En Sueño Profético decían:

Escandaliza más el hombre, al hombre malo que al bueno. Y cunde más donde se fabrican las obras malas que las obras buenas.

Dijo uno:

Lo que no se debe hacer, el hombre lo publica para que vayan aprendiéndolo. Y lo que Dios manda para que el hombre lo practique y lo cunda, esto tiene que tener secreto.

Pongamos comparación de lo bien hecho y de lo mal hecho, de lo que se debe hacer para ir dando buen ejemplo:

El crimen hay que publicarlo, pero no como se ha hecho, porque coge la enseñanza el que está pensando el crimen hacerlo. Si explicas cómo el ladrón entró en la casa sin llave, ya estás enseñando a otro que no podía robar porque no tenía llave cuando la puerta estaba cerrada.

Ahora publica lo bien hecho. Esto enseña a que veas diferencia con lo mal hecho, ya acortas tus ideas y te da remordimiento aquello que hiciste mal o que aún sigues haciendo. Si tú ves o sabes que levantan al caído con Amor, mirando al Cielo, esto te trae el pensar: “Yo, Señor, nunca hice esto con los míos, que eran míos, y que mío era el derecho”.

Desperté, oí:

No puedes poner palabra ni quitar a estos Mensajes, que ya salen de esta Gloria.

Decían que las buenas obras y la buena enseñanza hay que publicarlas para ir arrinconando el mal. 

Si lo mal hecho enseñas cómo se hace, ya vas dando facilidad para que el mal más lo hagan.

Cierto que hay cosas que están mal hechas y el hombre les da fama y resonancia, y ya llega a verse normal aquello que tan malo era.

En cambio, lo que es de Dios, el hombre lo esconde y lo niega.


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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C4

jueves, 3 de mayo de 2018

Dios dueño del Cielo y la Tierra

En Sueño Profético decían:

Es sufrimiento grande que Dios te traiga a su Gloria y que el hombre te maltrate. Pero es más sufrimiento ir ofreciendo camino para salvarse, con temor a las respuestas que puedan ofender a Dios. Esto da lágrimas por dentro, que sólo las ve Dios, porque si las viera el hombre, no podría poner en su boca el nombre de Dios, o alguno de su Gloria.

Dijo uno:

Ya se ha dicho varías veces que nadie se negaría a aceptar una prenda de valor que ahí en la Tierra le dieran, yendo por camino honrado y que robada no fuera, y testigos presenciando, viendo el dar cómo era.

El que viera este valor, lo dejaría escrito en la Historia, si no hubiera quien lo aceptara.

Pues si haces comparar con los valores del Cielo, llora aunque mojes el comparar, que Dios te mandará premio.

Desperté, oí:

¡Qué sufrimiento tan grande
es el poder conseguir
que el hombre acepte
palabras para salvarse!

Es sufrimiento grande
que Dios te traiga a su Gloria
y que el hombre te maltrate.

Ha habido Elegidos,
y el hombre ha podido disculparse,
diciendo: “No me enteré,
era larga la distancia”.

Aquí es no querer
que Dios sea Vivo y Dueño
de toda la Creación que hizo Él.

Que todo quedará en la Tierra,
menos el espíritu.

El espíritu vendrá
a la Presencia de Dios Padre
y de Dios Hijo.

Si no se negó a vivir
en contra de la Palabra
que Dios dijo,
y hoy manda que quede escrita
con fecha de este siglo.

Piensa en el sufrimiento
que abraza el Elegido,
que lo abraza por ser Dios
el que arroba su espíritu.

¡Qué Trabajo cuesta
que el hombre quiera a Dios,
siendo Dueño
del Cielo y de la Tierra!


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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C6