miércoles, 30 de noviembre de 2016

El cuerpo es el mayor enemigo de Dios

En Sueño Profético decían:

¡Cuándo se dará cuenta el hombre de que él no es dueño de la vida de su cuerpo!

¡Cuándo pensará que su cuerpo, él no sabe cuando lo va a enterrar, ni dónde va a ir aquello que él tanto cuido le da!

¡Cuándo se va a mentalizar el hombre que, en llanto o en risa, puede la vida del cuerpo acabar!

Que hay veces que avisa, con años o enfermedad. Pero hay mayoría enterrados sin avisar.

El hombre, mientras sus pies pisan la Tierra, es cuando debe a Dios buscar, que si Lo busca Lo encuentra. Pero tiene que poner el espíritu en preferencia, y vivir lo que Dios manda, obligando a su materia.

Desperté, oí:

Si tu espíritu está con Dios,
Lo busca o quiere buscarlo,
tu cuerpo no puede hacer nada malo.

El cuerpo es el mayor enemigo de Dios.

El cuerpo sin creer en Dios,
o creyendo y no amando,
no sólo él se condena,
condena el sitio al que va llegando.

¡Cómo no pondrá el hombre
la primera enseñanza al espíritu
y después a la materia!

El edifico se empieza por los cimientos,
y al final la chimenea.

El hombre tiene que empezar
poniendo a Dios primero
y después al espíritu enseñar.

Que de lo que haga su cuerpo,
él las cuentas a Dios tiene que dar.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C3

martes, 29 de noviembre de 2016

Venero Divino

En Sueño Profético decían:

Si valoraran el contacto
del que Aquí Dios trae,
no habría nada material
que pudiera pagarlo.

Este contacto
te guarda sitio en la Gloria
(si tú no maltratas este contacto),
te quita oscuridad
y hace que veas claro.

Tienes Venero Divino,
que bebes agua a diario.

Que unas veces te das cuenta,
y otras, bebes sin notarlo.
Pero siempre vas ganando.

Si el hombre se diera cuenta
del valor de este contacto,
otra vez repiten en Gloria,
que no habría para pagarlo.

Lo mismo te contamina,
que te quita el contaminado.

Te contamina Amor a Dios
y te quita aquello malo,
que el que no ama te hizo
que lo vivieras o pensaras.

Te presentan un Mensaje
que horas antes ha vivido.

En la muerte te abre puertas,
con la oración que siempre lleva consigo.

Si valoraran el contacto
del que Aquí Dios trae,
no habría nada material
que pudiera pagarlo.

Desperté, oí:

Este Portavoz te lleva
lo que no hay en la Tierra
ni con dinero se compra.

Mayoría de veces, va dejando
como el motor que va delante
y no se da cuenta
lo que va dejando al paso.

¡A cuántas carnes enfermas,
la enfermedad, durmiendo,
la enfermedad habrá dejado!

Otros, al dar el diagnóstico,
ya lo verán equivocado
con lo que antes le vieron
o lo pensaron.

Ya, en el espíritu,
el que tenga este contacto,
se notará grande fuerza
y no podrá estar callado
cuando a Dios oiga que ofendan.

Dios le manda premio al hombre,
y el hombre premio desprecia.

No es muy corriente vivir
en época que Dios tenga
un contacto como aquí.


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Libro 22 - Investigaciones a La Verdad - Tomo III - C3

lunes, 28 de noviembre de 2016

Camino ancho, camino estrecho

En Sueño Profético se vio un camino ancho, y este mismo camino terminaba estrecho, tan estrecho, que dos juntos no cabían echando el mismo paso, o sea, dos hombres emparejados.

Ya dijo la voz del Cielo:

Este camino es corto, y a veces también es largo.

El ancho lo pasan muchos. El estrecho, pocos hacen por pasarlo. El ancho es la vida que tu cuerpo está llevando. El estrecho tienes tú que querer pasarlo y seguir hasta el final, donde Dios está esperando, y ya no te llega muerte cuando el camino has pasado.

Desperté, oí:
El camino ancho
es el de la Tierra,
el que el hombre traza
y del estrecho se aleja.

En el ancho es libre.

En el estrecho,
la Libertad la desprecia.

Y este desprecio te hace
que ya vivas Vida Eterna.

Si el hombre amara a Dios,
el ancho
también lo metería en la Gloria.

Pero el camino ancho
está lleno de pecado,
de ira y de protestas,
y de soberbia.

Si esto el hombre no lo practica,
que cuente que vive Gloria.

Piensa en el camino ancho
y desprecia lo que nombran.

Y ya pasas el estrecho
con la Paz de compañera.


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Libro 27 - Dios Habla al no Quiero del Hombre - Tomo II - C3

domingo, 27 de noviembre de 2016

El Amor a Dios, te acerca a Dios

En Sueño Profético se vio una mujer que arrastraba un saco y su cabeza la inclinaba al Cielo, y ofendían sus palabras.

Se quitó aquella visión que Dios hace para que el espíritu luego dé la Enseñanza, y se vio otra mujer con el mismo costal en el cuadril. Dejó el costal en el suelo y se puso de rodillas con las dos manos juntas. Su cabeza estaba normal, como si con alguien tuviera un diálogo. Se oyeron estas palabras:

“Si mi sufrimiento va a ser Tuyo, déjamelo a mí. Y si tu Presencia no me va a faltar, aquí traigo otro costal”.

Y sin verse donde lo llevaba, dejó en el suelo un costal vacío al lado del lleno.

No se vio la imagen de Dios Hijo como se vio el 1-11-71, pero su Mando era el mismo. Este Mensaje daba vida y fuerza al sufrimiento de la materia y te acercaba más a Dios.

Dijo uno:

Si el hombre enseñara sufrimiento con Dios y a despreciar las riquezas sin Él, nadie perdería la Gloria y poco pesaría la carga del sufrimiento, y no la llevarían a la rastra. Que esto es el grande sufrimiento.

Desperté, oí:

Hace el sufrimiento más sufrimiento el que no acepta el sufrimiento y se retira de Dios.

Estas dos mujeres te dicen lo que es un espíritu manso de Dios, o lo que es un espíritu manejado por espíritus en contra de Dios. 

El Amor a Dios, te acerca a Dios y abrazas el querer de Dios, su Voluntad y su Permitir.

Y ya ves esta vida, corta, pasajera y te ocupas de la Eterna.

No arrastres nunca el costal si va lleno de sufrimientos.

Tú di: “Señor, ayúdame”. Y ya no notarás peso.

Ten siempre en tu memoria a la que lleva el costal: uno vacío y otro lleno.

El lleno no le pesaba, porque decía ¡Dios mío!, y Dios le quitaba carga.

El vacío era Amor, era Fuerza y seguir por su Camino, hasta juntarse en la Gloria.


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Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C4

sábado, 26 de noviembre de 2016

Haz que me compadezca del que primero pegó

En Sueño Profético decían:

Alaba más a Dios el que no peca por amarlo, que el que no peca por temor a Dios.

Es de más valor el no pecar por no enfadar a Dios, que no pecar por miedo a Dios.

Igual que es más pecado decir “voy a pecar”, que decir “¿por qué he pecado?”.

Puede hacer pecado mayor el que devuelve el golpe, que el que primero pegó.

Dios enseña a recibir el mal para que enseñes a que el mal no lo hagan.

Dijo uno:

Recibir el bien es sencillo. Recibir el mal es peligroso, si no te acercas a Dios pidiéndole ayuda, diciendo: “Señor, si Tú no devolviste el mal que Te hicieron, ¡cómo lo voy a hacer yo! “Señor, haz que me compadezca del que primero pegó”.

Desperté, oí:

¡Qué cierto que si no estás con Dios, no recibes este cambio: el mal que te hicieron, pagarlo con bien!

Esto es amar a Dios tanto, que sin tú querer, el bien vas dejando.

Hay quien hace el mal y llega a pecado, porque mal le hicieron.

El que ama, huye del que le aconseja que haga lo malo.


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Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C2

viernes, 25 de noviembre de 2016

Pecado, enemigo del Cielo

En Sueño Profético hablaban del pecado, del pecador, del que se quitó de pecar por sentir dentro el deseo de vivir sin el pecado. Comparaban al espíritu que pecó y a Dios decía:

Señor,
¿por qué me dejaste haber pecado?

¿Por qué se movió mi lengua
y mis piernas avanzaron?
Mi lengua, para ofenderte,
y mis piernas, para irme de tu lado.

¡Señor, dame tu Luz,
que yo le pueda al pecado,
que con tu Luz va la Fuerza
y se retira lo malo!

Yo siempre tenía en mi mente:
¡Si yo fuera perdonado por Dios
antes que por el hombre…!

Pero, ¿cómo pedirle esto a Él,
que tanto daño Le hice
con el ejemplo de mi vida?

¡Pecado, pecado maldito!
¡Pecado, enemigo del Cielo!
¡Pecado, que das el sufrir
cuando no quieren pecado!

Las palabras “Señor” y “pecado”,
siempre tenía en mi mente.
Había quien me notaba algo
que yo no decía,
pero estaba en mi mente.
Era algo que daba fuerzas
y no podías explicarlo.

Desperté, oí:

Era apartar de mí el cieno
escondido en el fango.

Era luchar con la Fuerza
que Dios me estaba mandando.

Era vivir una vida,
que empiezas
después de haberla pasado.

Era luchar con la roca,
aunque rompiera las manos.

Yo creo que la comida
no me alimentaba tanto
como aquellos pensamientos
que echaba al Cielo mirando.

Si no hubiera habido Cielo,
yo no me muevo del fango,
pero el Cielo da las fuerzas
cuando el Perdón vas buscando.

No peques, pero si pecas,
mira a donde sale este Mando.
Mando que te da la Luz,
y te sientes perdonado.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C2

jueves, 24 de noviembre de 2016

Haz el bien como Dios manda

En Sueño Profético decían:

Si quieres entender la Palabra de Dios, búscala, practícala, y ya la entiendes. Pero búscala sin dudas y practícala contento, yendo al Prójimo, que es donde más se aprende, porque el Prójimo es Dios, que espera allí al hombre.

Dijo uno:

Hay quien dice que ama a Dios, y del Prójimo se aparta.

Esto es decir tengo hambre y despreciar comida buena y sin dinero costarse.

Pues todavía es mucho peor decir “amo a Dios” y no busco donde espera, que su nombre es Prójimo.

Esta palabra se oye poco y menos se practica. Que esta es la nota importante para que Dios te elija.

Al Prójimo acude la Caridad que en ti acampa, y ya esta Caridad va curando a espíritus que están enfermos sin enfermedad, que esta enfermedad no la entienden todos por falta de amar. Y le ponen nombres que les agradan más.

Si el hombre viviera vida ahí con esperanza en Ésta, pondría primero este vivir y después el de la Tierra.

Desperté, oí:

Si no ves practicar Caridad,
pon duda cuando digan:
“yo soy de Dios”.

La Caridad es el título
que tú entregas
en la Gloria Celestial.

La Caridad tiene fuerza
para defectos quitar.

Para entender estas Palabras,
tienes tú mucho que amar.

Porque si te falta Amor,
lo que ves puedes juzgar,
creyendo que una acción mala
tú has querido premiar.

Si al que le das la moneda,
se la das pensando en Dios,
ya puede él también pensar
y quitarse de la orilla
que en peligro estaba ya.

Haz el bien como Dios manda,
que haciéndolo como Él quiere,
nunca lo harás mal,
aunque crea que no está bien hecho
el que ama con falsedad.


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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C4

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Si crees en Dios, lo crees todo

En Sueño Profético decían:

Si crees en Dios, no dudas lo que de Él venga.

Si crees en Dios, notas si está su Presencia donde Palabras dejó.

Si crees en Dios, sabes que el mundo Él lo hizo, fue Creador y Constructor. Todo fue hecho en Espíritu sin Cuerpo.

Si haces este pensar, verás grande y fácil que su Palabra hiciera Carne y Virgen quedara el Lugar que Dios cogió para hacerse Hombre.

Si crees en Dios, lo crees todo. Y si no crees, haz por querer creer, buscando dónde Dios da sus Poderes, y di: “Señor, yo quiero creer”.

En este “yo quiero”, ya responde Él.

Dijo uno:

Extrañaba más conocer a Dios Hombre y no seguirlo ni amarlo, que el no querer conocerlo. El querer conocerlo puede empujar la curiosidad sin haber recibido provecho. El conocerlo, si recibía su Amor, ya era Libertad y quedar preso. El que Lo conoció y no Lo siguió, puso, en el sitio del Amor, el desprecio.

Desperté, oí:

Extrañaba oír el “no” al que le decían: “¿Quieres venir a conocer a Jesús de Galilea, el Salvador de los hombres?”.

Pero era peor la pena de ver al que Él le dio Amor y no Lo siguió.

El que Le decía “mándame lo que quieras, que yo lo hago”, en estas palabras correspondía al Amor que Dios le estaba dando.

Tenía glorias para Dios y enseñanza para ir dejando estas Palabras que aquí repite el dictado. Y aceptaba sin saber el Mando:

“Mándame lo que quieras, que yo lo hago”.

Aquí le mandaba el Amor antes de que no fuera aceptado.

Éstos son los que, con Mando de Dios, siguen hoy en su Gloria dictando.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C2

martes, 22 de noviembre de 2016

Las cosas de Dios

En Sueño Profético decían:

Las cosas de Dios no son comprendidas si no te traes a tu memoria lo que Él pasó cuando vivió de Hombre. Que Él no quiso, permitió, pero al final fue triunfo.

Las cosas de Dios no las para el hombre, no puede taparlas ni dejarlas sin valor.

Las cosas de Dios son sufrimiento, aceptación y triunfo.

Las cosas de Dios no son lo que tú estás viendo.

Tú puedes ver nubes y salir el Sol de momento.

Dijo uno:

A más te entregues a Dios, más vives con Él sin Cuerpo, que es la Verdad de esa vida, que tan poco piensa en Ésta. Que de Aquí sale el oxígeno para que tú te muevas. Que de Aquí sale el abrigo que al sufrimiento calor le lleva. Que de Aquí sale la Paz que te abraza y te apacienta. Y Aquí ya tienes sitio para cuando el cuerpo muera y viva sólo el espíritu.

El espíritu es la Vida. Esto, en muy pocos es conocido.

Desperté, oí:

Si el hombre conociera la actuación del espíritu, conocería la verdad y el engaño del espíritu que de Dios te quiere retirar.

¡Qué cierto que el espíritu que no es de Dios te lleva a otros caminos, poniéndote distracción en lo vano y en lo sucio!

El Camino de Dios tiene que ser pasado como Él lo pasó.

Primero niegan vivienda.

Después hay revolución, no creyendo que era Dios el que bajó del Cielo a la Tierra.

Pinchos clavan en su Frente, y Lo cargan con la Cruz, que le ponen de ataúd, donde su Cuerpo ya muere.

Que muere por los clavos y los martillazos de las manos del hombre.

Si después de todo esto, y con la fosa tapada, levanta la losa y se sube a su Reino, ¿cómo negar su Existencia y extrañarte tus sufrimientos?

Lo que tienes que pedir es resurrección para que el hombre vea que esto, el único que puede hacerlo es Dios.

Si amas, sigues sus Pasos contento, esperando Resurrección.

Y las heridas que lleguen, las pasas como Él las pasó.

Si las heridas a Él te acercan, espera que te mande Dios.


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Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C2

lunes, 21 de noviembre de 2016

El que aquí piense mandarle, no Lo cree como Dios

En Sueño Profético hablaban de los Discípulos de Dios Hombre. Contaban hechos que no hacía falta que les preguntaran si creían que era Dios, “El Maestro”, como ellos Le llamaban. Decían:

Un día, yendo por un camino en el campo, había unas mujeres que con el tono de voz subido nombraban al Maestro.

Unas Lo conocían, y otras no, porque no quisieron conocerlo cuando otras veces Lo tuvieron cerca. Iban delante dos de sus Discípulos, y tres atrás con el Maestro. Los que iban delante iban mandados por Él, y los que atrás quedaron iban oyendo el Mando. Se acercó una de las tres mujeres que había esperando a los Discípulos, y sin Amor y sin respeto, y con muchas dudas, les hizo esta pregunta:

   – ¿Siempre sois mandados? ¿Nunca recibe el Maestro mando de los Discípulos?

Quedó uno más entristecido que otro, y el que menos se entristece, les contesta:

   – Nosotros somos ahora hombres, mañana basura. Él es hoy Dios y Hombre. Mañana Él sigue siendo Dios, y su Cuerpo estará con Él en su Reino, donde la Divinidad forma Bóveda, que su nombre es la Gloria. El que aquí piense mandarle, no Lo cree como Dios.

Esta Enseñanza la llevaban para otros sitios, y allí la dejaron para que, cuando el Maestro llegara, fuera más corto el sufrimiento, y ya no Le dijeran a Él nada.

Siguieron andando los Discípulos, y cuando llegó el Maestro, sólo en aquel sitio el aire movía los árboles y las ropas, pero con fuerza. Se paró y dijo:

   –Le he dado Mando al viento para que no se mueva de estos metros y a mis Discípulos no les llegue.

Desperté, oí:

No se movían las ropas de los Discípulos, y las tres mujeres no dejaban sus manos quietas, llevándoselas a la cabeza, y sus telas, parecían arrancarlas.

Se paró el Maestro y dijo:

   –He mandado al aire para que mis Discípulos cuenten este Hecho, pero no por vosotras, que así no quiere mi Padre que crean que soy Dios.

   –Ellos disfrutarán contándolo y vosotras no podréis callarlo
.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VI - C3

domingo, 20 de noviembre de 2016

Acércate a Dios

En Sueño Profético decían:

Acércate a Dios,
y notarás su compaña.

Acércate a Dios,
que Él te entiende sin palabras.

Acércate a Dios,
que Él te espera y te llama.

Lo que no iría es detrás de ti,
porque Libertad quitaba.

Acércate a Dios,
y ya verás tu vida cambiada.

Dijo uno:

La vida lejos de Dios
no hay fuerzas para pasarla.

La vida lejos de Dios
no es vida para mañana.

Desperté, oí:
Si no existiera esta Vida,
Dios del hombre no se ocupaba.

Lo mismo que no se ocupa
de la fiera mansa o brava.

Esto se lo deja al hombre
para que ejerza sus mañas.

A unas les da buen cuido;
a otras, para vivir, mata.

Porque el animal no tiene espíritu,
ni otro mundo.

Dios llama al hombre y perdona
porque esa vida es el paso
para llegar a la Gloria.


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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C3

sábado, 19 de noviembre de 2016

Dios es Dios

En Sueño Profético hablaban de la mala interpretación que el hombre le dio a esta Grandeza aconsejando el silencio, que no pudo conseguirlo por ser Palabra del Cielo y no poder obedecer al hombre el Instrumento.

A los seis meses del mismo año que fue elegida, Dios Hijo le hizo una Visión con estas Palabras: “Que Me ves, dilo, publícalo”.

Ya, estas Palabras, quedaron en la Tierra con Fuerza para destruir lo que a ellas se oponga, antes de que les den silencio.

Dijo uno:

Han hecho gran daño por querer desmentir Esto, pero la Fuerza de las Palabras de Dios mantiene la altura de la torre, y el hombre quisiera poner estas Palabras debajo de tierra.    

Dios Poderoso, cada día pone más visibles sus Palabras y desarma al que quiere perseguirlas.

Todo lo que sea enterar y publicar, es Amor y Obediencia. Si no hay Amor, no hay Obediencia, porque Dios es Dios, no un dictador.

Si Dios fuera un dictador, haría tiempo que no existiría ese mundo, donde todo es de Dios y todo Le es negado a Dios.

Desperté, oí:

A Dios lo niega el hombre por ser Dios. A Dios lo ofende el hombre por ser Dios.

El hombre quiere silencio en el Mensaje de Dios, y pecado sin fronteras, haciendo cada día el pecado mayor.

Si el hombre pensara esto, y en el pensar recordara la muerte, seguro que publicaría en la forma que cada uno pudiera.

Todo para recordarle al hombre que otra vida le espera.


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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C1

viernes, 18 de noviembre de 2016

Quiero ganar la Gloria

En Sueño Profético decían:

El pago que le den al Elegido será presentado Aquí para cobrar la paga Eterna. Recibir mal al Elegido es recibir mal a Dios.

Dijo uno:

Con estos Libros Bíblicos aprenderá el que quiera no perder la Gloria y el que quiera ganarla.

Dijo el mismo rectificando a la materia:

No es lo mismo no querer perder la Gloria que querer ganarla. Querer ganar la Gloria es ir pisando y mirando hacia arriba, hacia abajo, hacia el frente y hacia el lado, es ir pensando en agradar a Dios. Y no querer perder la Gloria es no andar seguro en tus pisadas ni en tu mirar. No querer perder la Gloria tiene algunos grados más que no importarte perderla.

Desperté, oí:

Lee las Palabras de Dios y el Amor te hará mirar al Cielo.

Trata bien al Elegido y cobrarás paga del Cielo.

Di “quiero ganar la Gloria” en vez de decir “perderla no quiero”.

Y ya tendrás tu mirada hacia arriba, hacia abajo, hacia el frente y hacia el lado.

Estos Libros te dirán lo que tienes olvidado.

Que es la Palabra de Dios dicha en rudo o en catedrático.


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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII

jueves, 17 de noviembre de 2016

Siempre respondiendo “sí”

En Sueño Profético decían:

Deberían coger tu mando siempre respondiendo “sí”, porque el mando que das no está aparte de Aquí. Siempre enlaza o espera con lo que el hombre no ve.

Por eso, el mando del que Dios tiene para enseñar a buscar la Gloria o para que no la pierda el que va por el Camino de Dios, tiene que ser “sí”, aunque no lo comprenda.

Este mando va apartando el saber que tú tengas. Que tu saber dura poco y Aquí no entra. Aquí entran los “síes”, que es la Obediencia, que es lo que el Elegido va viviendo y enseñando. Él la vive, aunque ahí crean que son pérdidas.

Pero Dios es Gloria y el hombre Tierra. Dios: Amor sin fronteras y sin medidas para que, el que quiera, Lo quiera. Pero si no pones el “sí”, ya falta la Obediencia.

Dijo uno:

Dios le manda al Elegido. Éste vive Libertad, pero el “sí” siempre es cumplido. ¿Cómo no ve esto el hombre, si él va contento aceptando el Mando que Dios le dijo en el arrobo sin cuerpo?

Aquí estaba preso el espíritu. Pero al llegar al cuerpo, ya tiene Libertad como si no fuera Elegido.

Desperté, oí:

Si el hombre se quitara su saber
para entender el Saber de Dios,
practicaría la humildad.

Y la humildad ya le enseñaría
que a lo que viene de Dios,
el amén es la respuesta.

Consejo que al Elegido le pidan
y “sí” que den a su mando,
no hace falta oír amén,
porque el amén ya lo han dado.

Debería estar el hombre
con el “sí” de centinela.

Y al mando del Elegido,
que el “sí” fuera reverencia.

No olvides que este mando
es mando que de Aquí llega.

Que el Elegido lo cumple,
su vivir te lo demuestra.

Primero es lo de Dios,
y después lo de la Tierra.

Así va dando el amén,
para enseñar al que quiera.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - C2

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Dios quiere que se hable de Él en presente

En Sueño Profético decían:

Cayendo el Mensaje en sitio que sea bien desgranado, esto tiene una gran ventaja.

La Palabra de Dios no puede quedar ahogada. El hombre encierra la Palabra, pero como Dios que es, no le interrumpen las puertas.

Los cierres están hechos para el hombre, pero no para Dios. Por eso, cuando Dios habla, es para comunicarlo, hablarlo y gritarlo. Gritarlo, porque al querer ocultar este Poder Inmenso, este Poder grita, y este grito que no es grito, que es Poder Infinito, no puede obedecer al hombre.

Dios Hijo, Hombre, y por consiguiente Profeta, tuvo a más en contra, por no callar lo que el Padre le decía que no callara. Salieron miles y miles de fariseos, hubo separación de familias, apartaba a los que no querían oírlo, y oía las ofensas con sentencias. Pero la Palabra que el Padre Le daba, ésta, Él comunicaba. El Profeta no puede callar, y el que silencio aquí quisiera poner, mal informado está de este Inmenso Dios. Si Dios viviera otra vez de Hombre y Profeta, otra vez Lo matarían, porque este Dios no callaría.

Desperté, oí:

Dios quiere que se hable de Él en presente.

Si el hombre supiera que tiene que entregar cuentas como el recaudador, llevaría más limpia la administración.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C2

lunes, 14 de noviembre de 2016

Quien ama a Dios y persigue sus Palabras, no Lo ama

En Sueño Profético decían estas Palabras:

Quien amara a mi Padre y persiguiera mis Palabras, no amaba”.

Esto lo dijo el Maestro a unos que habían nacido en Belén y en Belén vivían, pero no seguían al Maestro, más bien ponían valla para interrumpir al que quería conocerlo.

Sabiendo el Maestro esto por ser Dios, no porque el hombre se Lo avisara, fue el Maestro al sitio que éstos se reunían, y cuando apareció, todos se pusieron de pie, cosa que nunca habían hecho algunos de los que allí se encontraban. Fue el dueño de la casa el que Le ofreció el asiento, al que el Maestro aceptó. Una vez sentados Él y sus Discípulos, se vieron distintos gestos: unos de alegría, otros de pena, otros de remordimiento. Y el arrepentimiento se palpaba en el ambiente cuando empezó el Maestro con estas Palabras:

Quien amara a mi Padre y persiguiera mis Palabras, no amaba”.

Y siguió hablando de su Amor al hombre, y haciendo comparaciones con Parábolas:

Si Yo no fuera Dios, no estaría hoy entre vosotros, porque ningún hombre busca donde hablen mal de él para dar el perdón del espíritu y la curación de la carne”.

Y nombrando a Sebastián, que era el nombre del que había nacido en el mismo sitio que Dios Hombre, le dijo:

Debes abandonar la reunión e irte a Belén. Tú quitas de que vengan a oírme porque dices que no soy Dios. Y yo, como mi Padre actúa en Mí, te mando que no Me oigas, y que oigas a tu mujer, que te está llamando para contarte lo que Yo, desde este momento le digo y que aquí oyen todos: “Dejé el mal a la carne por Mando de mi Padre dicho en Mí, que soy Dios”.

Desperté, oí:

Diez años llevaba esta mujer en Belén.

Dos hijos varones tenía,
que eran los que hacían la comida,
y muchas veces rezaban
mientras la olla movían.

Ella los tenía enseñados
para que vieran normal
el sufrir de carne enferma
cuando no podía curar.

El marido siempre estaba:
¡Y has nacido en Belén!

Esto le hacía pensar:
¡Dios sabrá de este porqué!

Estando en este pensar,
dice que notó una Fuerza,
y fue ponerse de pie,
a la vez que oyó decir:

Dejé el mal a la carne
por Mando de mi Padre
dicho en Mí, que soy Dios.


Primero notó la Fuerza,
después oyó las Palabras,
y luego llamó al marido,
que por las puertas ya entraba.

Fue alegría con llanto,
y griterío en las casas.

Fue Belén el que sonó
en boca del que decía
que Dios Hombre no era Dios.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C6

domingo, 13 de noviembre de 2016

Sin reforma a la Gloria ni al pecado

En Sueño Profético decían:

Siempre que Dios se comunica al hombre es para aclarar lo que ya tiene dicho, pero no para reformar o quitar lo que escribió o lo que mandó escribir. Si comparas lo que escribió y lo que mandó escribir ves al mismo escribiendo, porque todas las Palabras del Evangelio dan la misma medida en Amor, en humildad y en fuerza, apartando al que en contra de Él se pone o al que persigue sus Palabras. A éstos Dios los aparta y al pecador lo perdona, pero no estará en los Evangelios que perdonara a Luzbel, príncipe de los Demonios, porque de éste sale el pecado, de éste sale todo lo que Dios prohibe al hombre. Pero en este prohibir deja Libertad para que el hombre siga a Dios o para que persiga su Palabra.

Dijo uno:

Dios no reforma ni su Presencia ni su Vestimenta, cuando hace Aparición al hombre. Dios podía hacer, con su Poder, las reformas que el hombre no pudiera, pero ya verían su Poder y no su Figura. Su Poder lo deja en la naturaleza y si el hombre quiere lo ve de mil maneras, pero las Palabras que dijo y su Imagen siempre serán las mismas.

Desperté, oí:

El Poder de Dios lo puede ver el hombre cuando mire al pájaro y cuando vea moverse los mares y después haga este pensar:

¿Quién guía al pájaro cuando arranca a volar? ¿Cómo encontrará su nido?

Y si piensa en las olas, con qué fuerza y desafío remontan por los barcos.

¿Qué hombre haría esto?

El que quiere ve aquí a Dios, pero cabe comentarios de “esto sí” o “esto no”.

Pero en su Palabra y en su Presencia te inclinas, diciendo: “Es Dios”.

Si Dios hiciera reforma muchos harían de Dios.

Dios se comunica al hombre como está en el Cielo y como a la Tierra bajó: En Espíritu y en Cuerpo.

Luego su Poder y su Mando te habla de mil maneras para que tú vayas enseñando, pero siempre sin reforma a la Gloria ni al pecado.


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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII

viernes, 11 de noviembre de 2016

La siembra y la siega

En Sueño Profético vi el campo sembrado de trigo, y la siembra ya tenía espigas, y uno decía:

Aquí se esconde un hombre porque ha hecho un delito. Se viene escondiendo siempre que hace un mal. Ya lo han visto varios campesinos. Cuando llegue la siega se le acabará el escondrijo. Poco tiempo le ha hecho servicio el trigo. Llegará la siega y quedará descubierto el mal, por encontrarse sus pies defectuosos.

Aquí voy a comparar al que ahí vive la vida queriendo engañar a Dios y escondiéndose detrás de la hipocresía:

Mucho menos tiempo que la siembra le hizo servicio, mucho menos tiempo es esa vida sirviendo de escondrijo para el mal que hace el hombre. Aquí, se cuenta más rápida la estancia ahí, que la siembra pueda servicio hacer. Pregunta a un campesino, que éste lo sabe bien. Pues que compare la vida y di que más corta es. Todo esto Aquí dictado y ahí quedando en papel, que lo estudien  y repasen, y no se quieran esconder.

Desperté, oí:

Poco tiempo le hizo servicio
la siembra al pecador.

Como la vida, ahí dura,
cuando la siega hace Dios.

La siega es la materia
que ya entierras sin valor.

Más valor tiene la siembra
que tiene recolección.

Este ejemplo Aquí se ha puesto
por salvar al pecador.

Es mejor que no te escondas
y que busques la razón,
dejando la hipocresía,
que no es postura “pa” Dios.

Piensa en la vida, que es corta,
y que hay Eternidad,
y cuando llegue la siega,
que Dios mandará segar,
que no te encuentres en la siembra.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - C6

jueves, 10 de noviembre de 2016

¡Qué mandar, sin ser mandar!

En Sueño Profético hablaban de seguir a Dios.

Decía uno:

Yo sí puedo decir seguro que para ir publicando la Palabra de Dios (esta Palabra, cuando Él te diga: “Tú hablas, pero la Palabra es mía”. Es distinto predicar su Palabra que la que hay escrita. Esta palabra tú la dices como puedas o quieras, pero la que Dios dice en tu espíritu, ésta la dices cuando Él la resuena en ti) tienes que olvidarte de todo porque el Amor que sientes te arrastra, y este Amor te hace que tú arrastres al que a Dios ama.

Nosotros, sus Discípulos, siempre teníamos estas respuestas para el Maestro: “Sí, cuando quieras voy”. Y ésta era muy nuestra: “Maestro, Tú mandas”.

El que oía sus Palabras no sabía retirarse de Él. Ya fuera mujer, niño u hombre, pero Lo seguían a Él. Te olvidabas de dormir, te olvidabas de comer, pero lo que nunca olvidabas era caminar con Él. No nos agradaba mucho irnos separados de Él, pero como Dios que era, teníamos que obedecer, y casi a coro decíamos: “Maestro, Tú mandas”.

Dijo Pedro:

¡Qué mandar, sin ser mandar, mandaba este Maestro, que el mandar era humildad! Yo me preguntaba a veces: ¿cómo podrá así mandar?

A esto le contestó Andrés, que así sería su mandar: “Mi mando sería sencillo por lo que amo al Maestro. Pero si no fuera por Él…. ¡ya conocerían a Pedro!

Desperté, oí:

Era sufrir y sufrir
a cambio de tanto Amor.

El que se tenga por Pedro,
el sufrir será mayor.

Será mayor en el silencio
que tiene que demostrar,
pero Dios sabe el silencio
que dentro escándalo da.

¡Este Pedro, que amó tanto,
y por Amor no callo,
cuando el hombre ofendía
al que al hombre perdonó!

Si Pedro negó al Maestro,
fue momento de temor,
que luego lloró sus culpas
y el Maestro lo abrazó.

El Maestro bien sabía
que Pedro Lo negaría.
Dios sufrió en el negar,
y luego Pedro amó más.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Preámbulo

domingo, 6 de noviembre de 2016

Cundid sin descanso que Yo estoy con vosotros

En Sueño Profético decían:

Enseña el Amor de Dios,
a amar a Dios.

Enseña el Amor de Dios,
porque Amor es Fuerza y Mando.

Esta Fuerza y este Amor,
ya te van reformando,
y tu entrega es a Dios
y nunca te ves cansado.

Siempre querrás hacer más
por el que veas desviado,
que esto es amar a Dios
y juntar el rebaño.

Que este nombre de rebaño y Pastor
fue por Dios puesto.
Y Él enseñó a ser pastor e ir buscando
al que de Él más necesitaba
para entrarlo en el rebaño.

Dijo Jesús a los Discípulos:

El que más cunda que soy Dios Hijo y el que más quite de vivir pecado, más fuerza le mandará mi Padre en mis Palabras, para que al usarlas vea que son dichas antes en el Cielo. No hay quien crea que soy Dios, y no note algo por dentro”.     

“Cundid sin descanso que Yo estoy con vosotros, y no habrá distancia, ni hoy que estoy con Cuerpo, ni luego cuando cumpla mi tiempo y Me vaya al Padre con Cuerpo
”.             

Desperté, oí:

Sigue estas mismas Palabras
y hazte discípulo
de la Palabra de Dios.

Que Él dejó dicho a los hombres
que no habría distancia,
porque su Espíritu
lo mandaría a la Tierra,
a vivir entre el hombre.

Ya, el que diga estas Palabras,
las dice Dios en él,
y ya es vivir en el hombre.

De Aquí sale el Amor con las Palabras,
y detenerlas no pueden.

Dios manda fuerza a los hombres
que van cundiendo su Nombre.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Cierre de Libro

viernes, 4 de noviembre de 2016

Las fuerzas de Dios no te faltarán

En Sueño Profético decían:

Tienes que hacer pensar las palabras que te dice, en el Arrobo, la carne que Dios te unió, que aquí mandan, en la Gloria, que se digan:

     - Ana cuídate, cuídate, que tu cuerpo lo necesita tu espíritu para seguir, en el Prójimo, con la Obra que durante tanto tiempo estás haciendo.

Estas palabras tienes que cogerlas con fuerza de espíritu, que son las fuerzas que duran para las dos vidas: la temporal y la Eterna. Que esta que se ha nombrado Eterna, cuando muere el cuerpo ya tiene su sitio en la Gloria, que son los espíritus que Dios manda cuando elige un cuerpo, dando Enseñanza de la Palabra de Dios para que pueda con el sufrir que en la Tierra le llegue. Que uno puede ser buscado por tener amistad con los que viven pecado y dicen “los tiempos han cambiado”. Que los cuerpos sin ropa van por los sitios llamando sin palabras, que esto antes lo representaba el que tenía sus escritos con su profesión, y ya eran despedidos de donde vivían el pudor y su carne vestida.

El sueño era largo y sin poder decir que Dios me dé un camino largo. Ya se ponen las alegrías que el Elegido veía.

Desperté, oí:

La carne que Dios me unió estaba en su despacho como cuando vivía su cuerpo y copiaba los Mensajes.

Yo no puedo retirar de mi pensar la imagen de la carne que Dios me unió y el sentir que en todo, este pensar, pone recuerdos. Que su querer lo siento más porque recuerdo la creencia tan grande que él tenía en estas Palabras.

Quedé dormida con este pensar: “Piensa que las fuerzas de Dios no te faltarán y cuando llegue sufrir Dios en alegría te lo cambiará”.

Repiten en la Gloria que este Caso hoy es único. Que esto pronto lo sabe el que cree que yo soy Elegida de la Gloria.

Este creer le llega al que ve que la vida que hace el Elegido es vida para pensar que lleva, su cuerpo, el Poder de Dios.

Que a este Poder no le puede ningún poder de la Tierra.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

miércoles, 2 de noviembre de 2016

No hay más Gloria que busques a Dios donde hable

En Sueño Profético contaban un pasaje de la Vida de Dios Hombre:

Entrando un día el Maestro en una posada, con cinco de nosotros, vio que hablaban unos mozos, del Hijo del Carpintero. Éstos tenían referencias de que la Gloria la llevaba su Presencia. Como la voz levantaban, nosotros, sin intención de oír, oíamos lo que el grupo hablaba del Maestro. Insistía uno:

   –Yo estoy sin sueño hasta que lo conozca. Ayer estuvo en mi casa uno que bien lo conoce. Éste es amigo de Daniel, y empezó a hablarnos de Él a las dos y terminó a las diez, pero en mi casa nadie se movía por el hilo no perder. Mi madre esto repetía:

¡Dios, qué Grande eres!
¡Dios, qué Grande en el Poder!
Yo mañana ya lo busco,
hasta que dé con Él.

¡Quién nos limpiará de pecado,
como nos limpiará Él?

Yo no me atrevo a pedirle
nada que no sea Eterno.

Se acercó el Maestro y les dijo:

Yo soy Dios Hijo,
y mi Padre está en el Cielo,
que mi Padre Vive en Mí,
y Yo al lado del Carpintero,
al que la gente conoce
como padre del Maestro.

Yo iré mañana a tu casa
y entraré como en el Templo,
hablando lo que mi Padre
quiere que sepa este pueblo.
Y ya tu madre hablará
lo que le ha dicho el Maestro,
y para ella ya no seré
el Hijo del Carpintero.


Desperté, oí:

A este Dios no le enfadaba
oír “el Hijo del Carpintero”,
lo que sí a Él le enfadaba,
era el no querer conocerlo.      

Ya, el que Lo conocía,
a gritos decía: ¡Maestro!,
Maestro con la Enseñanza
del Padre que está en el Cielo.

Del Padre que está en el Cielo,
y en Tierra lo estamos viendo.

No hay más Gloria para Dios,
que lo busques donde hable,
o le pidas tu Perdón.

Este “busques” es para ti,
como igual es el Perdón.

Pero si tú ya lo sabes,
donde está hablando este Dios,
ve y oye su Palabra,
y después pide Perdón.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C6