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martes, 24 de junio de 2025

El Amor te descubre donde Dios dice Palabras

En Sueño Profético decían:

¡Qué Verdad con más verdad 
es ver Verdad 
en el que Dios Aquí trae!

¡Qué falta de psicología 
para no ver la Verdad!

En Esto, aunque no ames, 
a Dios tienes que verlo.

Es fracaso vergonzoso 
no conocer el dueño de la fragua el hierro; 
cabrero que anda con cabras 
y no conoce el carnero; 
hombre universitario 
que no sabe escribir “pueblo”; 
arquitecto que edifica 
sin conocer los cimientos, 
ni saber lo que es arena, 
y asustarle oír cemento; 
cirujano que te opera 
el remo que estaba bueno, 
porque no supo cuál era 
cuando ya dejó durmiendo, 
confundiendo brazo izquierdo 
por el enfermo derecho; 
jardinero  y hortelano, 
hortelano, sin conocer 
la hoja de lo sembrado, 
hasta que escarbando ve 
que es patata lo enterrado, 
y al árbol ya lo conoce 
cuando peras ve colgando. 

¿Qué diría un visitante 
por un gran jardín pasando, 
si oyera al jardinero 
con cualquiera conversando: 
“No sé… si será rosal… 
o pudiera se geranio… 
¡Es tan difícil saber la flor 
hasta que no abre el tallo, 
que yo, hasta que no abra, 
no puedo asegurar si es rosa 
o puede que sean nardos!

Pues mucha más diferencia es, 
que estos Escritos no lo conozca 
el teólogo y el letrado. 

Uno, si olfatea bien, 
Gloria verá en los Dictados. 
Y el letrado que compare 
esta gran Literatura 
–ya 20 años dictando–, 
si él podría seguir 
imitando estos Mandatos.         

Desperté, oí:

Son estas comparaciones, 
justas, a la vista de cualquiera.

Esta gran Literatura 
hace que se pare el hombre.

El que diga que no es de Aquí, 
es falta de Amor al Cielo.

El literato que abra el Libro con sus manos, 
no puede decir que no.

Él tiene que contestarse, 
cerrando el Libro 
y mirando al Cielo, 
con un ¡Perdón!

Que este Perdón lo pide 
para el que dijo que no.

Los sabios de ahí de la Tierra 
tienen que creer en Dios 
cuando estos Libros tengan.

Y el que cree y ya ama, 
cuentas le pide al que dijo 
que esto Dios no lo dictaba.

¡Hace falta amar poco, 
si es de Amor lo que se habla!

Y hace falta no entender 
Literatura en Palabras.

Los Sabios de Aquí del Cielo, 
dicen que el hombre no ama.

Porque el Amor te descubre 
donde Dios dice Palabras.

***

Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Cierre de Libro 

viernes, 16 de mayo de 2025

Donde no hay Amor, no pidas, que no te entenderán

En Sueño Profético decían:

Hay más que desafían a la muerte, que evitan que ésta llegue.

Hay más que esperan los años para ser buenos, que sin muchos años sean buenos.

Dijo uno:

El trabajo del que no ama es pedirle que sea bueno.

Ciertas eran las palabras que mucho le oí a mi padre:

Donde no hay Amor, no pidas, porque no te entenderán.

Antes de pedir, enseña a que amen, y ya darán sin esfuerzo.

El Amor de Dios te hace ver las cosas como son, y tú ya vas cogiendo lo que a Dios agrada.

Hay quien es modelo a los 80 años, cuando ya nadie mira el modelo. Y hay quien a los 20, todo lo desprecia porque modelo se siente.

Otro dijo:

Este de los 20 se arropa con el Amor de Dios, con la Verdad de esta Vida Eterna. Este de 20, cuando llegue a los 80, no le extrañará nada, porque ya vivió con 20 una vida frenada, que no la frenaba él, que era el Amor el que frenaba.

Siempre que se oye al viejo, siempre son estas palabras: “Si otra vez yo viviera la vida, no haría cosas malas, no viviría aprisa. ¡Hoy todo me pesa en el alma! Vosotros, los zagalones, aprended de los 80, que los 20 pronto pasan. Y ya como final consejo, con su pañuelo arrugado, se va enjugando sus ojos, recordando lo pasado. Luego hará una pausa en la esquina, donde se quedará parado contemplando a unos niños, pero éstos sin pecado. Otra vez quedará triste por no haber a Dios amado.

Desperté, oí:

¡Qué ciertas son las Palabras
que dictan en esta Gloria!:
“Donde no hay Amor,
no pidas, que no te entenderán”.

¡Que ejemplo tan medido,
que siempre vuelve a pasar!

El joven vive corriendo,
para poder más pecar,
y el viejo sufre y espera
lo que no quiso pensar.

La muerte él la creía
para otro, no para él.

Y los 80 veía
lejos, tan lejos de él,
que nunca pensó en vejez
ni en llegar invalidez.

El de los 20 que ama,
cuando llega la vejez,
nunca sentirá deseo
de volver a la niñez.

A éste puedes pedirle,
porque sabe comprender.

Porque ya luce el modelo
sin que tenga la vejez.

Éstos son los que Dios manda
para enseñar a querer.

Para que no diga el hombre:
“Es bueno por la vejez”.

***

Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C7

jueves, 13 de febrero de 2025

Donde dos hablen de Mí, Yo estaré con ellos

En Sueño Profético decían:

Si el Amor tuviera peso, a pocos se les vería cansados.

Dijo no:

Yo oí esta frase un día a dos mujeres que del Amor a Dios hablaban:

Si el Amor tuviera peso, a pocos se les vería cansados. Yo no sé cómo pueden vivir con tanto amor a todo lo que junto no es nada, y sin Amor a lo que viene de Él. Mis oraciones, muchas veces son pidiendo Amor, y hay veces que siento a ese Dios que no siente el que no ama.

Ya contestó la que oía, que antes estaba callada:

Pues yo hay veces que siento

como si alguien me hablara

y me empujara por dentro

para que fuera diciendo

este Amor que no te cansa.

Me da pena de dormirme,

por quedarme ya callada.

Me da pena de cundir

lo poco que a Dios Lo aman.

Y ya terminaron las dos en llanto.

 

Desperté, oí:

 

¡Que frase para ponerla

donde los hombres la vieran!:

“Si el Amor a Dios tuviera peso,

a pocos se les vería cansados”.

¡Que Amor tienen estas mujeres,

que una sufre por dormirse

y de Dios no poder seguir hablando.

La otra quisiera ver

a los hombres ya cansados

y pidiendo más querer.

El Amor hay que sentirlo

para poder ejercer.

Y una vez que ya lo sientes,

tú no te quedas con él.

Tú quieres ya repartirlo

a cualquiera que tú ves

que quiere amar contigo.

“Donde dos hablen de Mí,

Yo estaré con ellos”.

Ama tanto que este peso

ponga tu cuerpo encorvado.

Y que pregunten los hombres

que nunca a Dios amaron.

Que en haciendo la pregunta,

quedarán los dos llorando.

***

Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - C4

martes, 12 de noviembre de 2024

El que pase por donde Yo paso, que cuente Conmigo

En Sueño Profético decían:

Cuando tengas que dar un Mando, dalo, porque ya a ti te lo han dado. El Mando de Dios se conoce por la fuerza que da y por los pocos que lo aceptan.

Mando de Dios: resistencia en el hombre.

Mando del hombre: no importa ofender a Dios.

Dijo uno:

Quedaron por muchos días varias Palabras que dijo Dios Hombre enseñando a doblar la materia al servicio de sus Palabras. Son éstas:

El que pase por donde Yo paso, que cuente Conmigo.

El que Me deje solo y no pase, oirá mis Palabras, pero Yo nunca se las daré para que diga: “El Maestro me ha mandado”.

Entristeceos cuando Me veáis triste, porque mi Padre en Mí se estará alegrando.

Cuando Yo dé un Mando, hacedlo, y después, si no lo habéis comprendido, haced por comprenderlo, pensando: “Es Dios el que lo ha dicho”.

Estas Palabras fueron luego oídas a creyentes y a incrédulos.

Desperté, oí:

El creyente que Lo amaba, las decía como Enseñanza.

Y el incrédulo las ponía en medio de la razón y, sin fuerzas, las desmentía.

Eran Palabras sencillas que el espíritu del mal siempre difíciles te las hacía.

¡Qué Palabras, que resonaron en humildes y en gentiles!

“El que pase por donde Yo paso, que cuente Conmigo”.

Éste es el premio que da al no comprender y hacerlo como si lo hubieras comprendido.

***

Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria  - Tomo IX - C7

miércoles, 31 de julio de 2024

Donde no veas Paz, no puede Dios estar

En Sueño Profético decían:

¡Qué grande es el Amor de Dios, que hace que olvides los sufrimientos!

¡Qué grande es este Amor, que ya no puedes vivir sin oír al que Dios trae Aquí y le da Mando para que hable de la Gloria, de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo, de los Ángeles y de los Santos! Y ya, los Discípulos, ellos cuentan cómo lo pasaron. Que cuentan hechos que cuando vivieron con cuerpo era vi­da de alegría y de sufrimiento, de ver que siendo Dios el Dueño del Mundo, cómo les ha­blaba de lo que el hombre Le haría.

Ya sigue un Discípulo de Dios Hijo el Mensaje:

Nosotros, cuando más alegría pasábamos era cuando nos decían: “¿Siempre tiene la misma Paz en sus Palabras vuestro Maestro, como Le llamáis?”.

Fue terminar estas palabras y llegó el Maes­tro. No tuvimos que decirle lo que habían di­cho, porque Él, sin palabras, sabía lo que iban a decir antes que de la boca las palabras salie­ran.

“Yo he venido para enseñar cómo vivir la Paz. Que la Paz es la llave de mi Gloria. Y esta llave la tengo Yo hasta que deje mi Padre mi Cuerpo en la Tierra. Cuando mi Cuerpo no veáis, ya estoy con mi Padre en su Reino, que es mi Reino también. Enton­ces ya no hace falte llave, porque el Poder de mi Padre en Mí, su Palabra las puertas de la Gloria abre”.

Antes del Maestro terminar, se puso de rodi­llas el que preguntó con duda, y dijo: “Maes­tro, dime cómo Te nombro, porque sé que no eres de la Tierra. Por haber hecho esa pregun­ta merezco castigo.” Se puso las manos en la frente y se le oyó varias veces: “Perdóname, aunque no merezco el pedirlo”.

Desperté, oí:

Yo soy un Discípulo de Dios Hombre, que de­lante de mí pasó este caso y hoy Dios me ha mandado contarlo.

Este hombre creía que era Dios, mandado por Dios Padre, pero tenía unos familiares y amis­tades que no creían que era Dios, por el mal trato que algunos hombres Le daban y Él los dejaba vivos.

Veían con la alegría que siempre hablábamos del Maestro.

A los Discípulos nos conocían más porque siempre nos veían hablando del Maestro.

Uno era yo, que sin el Maestro no vivía, por­que sin Él la vida no entendía.

Otros decían: “El día que el Maestro no me diera Mando, para mí sería un castigo vivir sin este Mando.”

Pues esto, el que lo lea, si ama a Dios, piensa: “Señor mándame, que con tu Mando veo que estoy con tu Rebaño.”

Donde no veas Paz, no puede Dios estar.

Un Discípulo de Dios Hombre.

***

Libro 54 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VII - C6