En Sueño Profético yo decía:
“Señor, ¿es falta de Fe el sufrir tanto? Dame fuerzas Señor, para mantenerme siempre y refugiarme en tu Confianza”.
Ya dijo una voz, no como de la Tierra:
Él dijo: “A ser posible, pase de Mí este Cáliz”.
Y pidió Perdón al Padre para el que pecaba sin saber el grado de pecado que hacía: “Padre, perdónalos, que no saben lo que hacen”.
Los pecadores y los pecados, siendo pecado y pecador este nombre, para todos lo mismo, para Dios puede no ser el hecho el mismo.
¡Quién dudar del porqué de Dios!
Y el sufrimiento, siendo la palabra “sufrir”, hay quien sufre por no creer remedio que Dios dé Aquí; y hay quien sufre de ver a otro sufrir, que no cree el remedio, que Dios le pueda quitar sufrir. Esto no es falta de Fe, esto es sufrir por querer quitar sufrir.
Desperté, oí:
¿Quién entendería estas Palabras?:
“A ser posible, pase de Mí este Cáliz”.
¡Dios Hijo pedir al Padre,
si podía ser no sufrir!
Cuando en Él vivía el Padre,
y Dos en un mismo Dios.
Ser posible,
es pedir clemencia.
¿Qué pensar haría
y hace un pensador
que olvida que es Dios?
El porqué de Dios es inmenso,
y para llegar a comprender
tendría que hacer un mundo nuevo.
Donde no existiera carne,
como pasa Aquí en el Cielo.
Y aunque la carne no existe,
el porqué queda en misterio.
Pero se oiría Amén,
a lo que Dios está diciendo.
***
Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pag. 78
Cada pecador y cada sufrimiento tiene razones que sólo Dios conoce. Por eso no nos corresponde juzgar al prójimo, y mucho menos a Dios.
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