En Sueño Profético hablaban de la muerte de la materia, de la muerte del espíritu, de la vida material y de la Vida Eterna. Decían:
Cambia tanto la explicación de la Vida de Aquí a la vida de materia.
El hombre no piensa nunca en la vida material lo pronto que se acaba, que hay a quien le parece corta y hay a quien le parece larga. Al que sigue lo de Dios, le parece corta; Al que ahí vive sin Dios, le parece larga. Al que vive lo de Dios, le parece corta y sus actuaciones son de obediencia a Dios.
Aquí se ve la creencia del que sabe que hay Dios y no quiere entregar cuentas. Éste quiere con Amor seguir la Vida Eterna, porque hizo lo que Él mandó.
El que vive haciendo pecados, éste cree que nunca le llegará muerte de materia. Cuando llegue este día, ya quedará su espíritu sin la protección de su carne pecadora, que fue la que a su espíritu echó a las tinieblas, por su espíritu no haber llevado a su carne por el Camino de Dios.
Estos dos personajes, en uno mismo, son los dos muertos: espíritu y carne. Espíritu que entierra a la carne, y carne que manda a su espíritu a sitio sin Dios, entierro perpetuo. Este espíritu y carne han creído en una vida larga, en una vida sólo para ir en contra de Dios.
Esta Vida Eterna respira y se alimenta con la Presencia de Dios, con la Paz de lo bien hecho, que Dios ahí te mandó, y tú ya Aquí venías buscando la Gloria de Dios. Que Dios te ofreció su Gloria como a todo el pecador que a Dios busca y a Dios encuentra.
Desperté, oí:
Bien te aclara este Dictado
el que piensa en Vida Eterna.
El que ve la vida corta,
es el que mejor la lleva.
Es el que vive la Paz,
el que nada le atormenta.
El que no vive con Dios,
este se cree que la vida
siempre tendrá el color
del cristal con que él la mira.
No da duda el pensar,
cuando creen en larga vida,
que es porque les falta Amor.
Si el hombre pensara en muerte
de la materia nada más,
vería corta la vida
y se pararía al pecar.
¡Estas frases de Agustín,
cuando ya no pecó más!
Ahora pienso por qué Dios
hizo esta vida tan corta,
para que el hombre al pecar
pensara: ¡Pierdo la Gloria!
Debía de ser tan corta
la vida para el que peca,
que antes de hacer pecado,
su carne quedara muerta.
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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pág. 228-229-230
Por el pecado vino la muerte, pero por la muerte podemos despedir el pecado.
ResponderEliminarSolo un Amor de Huracán puede pronunciarse así
ResponderEliminarEstá más que visto que el que se enamora de Dios pierde los papeles y lo pierde todo
Pierde hasta la vergüenza de confesar a voz en grito sus pecados
Lo pierde todo para quedarse solo con Dios que es lo que le interesa