En Sueño Profético decían varios que en su vida con materia enseñaron de esta Gloria.
Dijo uno:
Es la mayor Enseñanza; debería ser el mayor respeto, el mayor premio y el mayor pago al que enseñara de este Cielo. Todas las enseñanzas son para un tiempo breve. Ésta de Gloria es Eterna, es de Salvación, es provechosa cuando vives con materia, y de grande renta, que luego Dios te la da cuando ya estás con los que Aquí vivimos. Pensar esto, adoras esta Enseñanza. ¡Grandes educadores del espíritu Dios mandó a la Tierra! ¡Y grande desprecio dio el hombre!
Hoy tiene el hombre estos abundantes Mensajes y claras aclaraciones que Dios da para el que aprender quiera.
El que Aquí Dios trae, Dios le da Sabiduría para que la administre y la empreste; para que el que la aprenda, la enseñe. Este préstamo Dios deja mientras vives ahí. Aquí, ya lo entregas y vives vida en Presencia de Dios sólo en espíritu, que ya es Saber que Dios da con Mando y sin Libertad; mandato que Dios manda y que tú velozmente comunicas; Arrobo que Dios manda sin haber fuerzas que pudieran parar, ni hombre que tachas pusiera por falta de enhilación, ni pobre en literatura. No hay literatura que iguale a ésta. Esto es Riqueza que mana, Venero que Dios vigila para que el hombre no ensucie su agua. Esta Enseñanza que el mismo hombre se veda, la llorará cuando la veda no obedezca a sus palabras. El que Aquí Dios le habla, ve el mundo material como torre de plumas, hombres que tardarían una vida para hacerla, para buscar las plumas, y luego un vaivén de un suave viento: torre que voló y ni dejó cimientos; porque a cimientos de plumas, no puedes decir cimientos.
Desperté, oí:
Si se nombraron cimientos,
fue por seguir el ejemplo
de la torre que comparan
con el mundo pasajero.
Con el mundo que es la noria
que te da vueltas y dice:
“Esto es repetir la historia”.
El hombre le da valor
a la enseñanza de paso,
a la enseñanza que sirve
como nube de verano.
Que unos sitios deja secos,
y en otros te forma charcos.
Que es agua que siendo lluvia,
más veces te hace daño.
¡Es pena que a esta Enseñanza
el hombre le dé de lado,
y que ponga en preferencia
lo que Aquí no esté mandado!
Estos hombres que dictamos,
ahí ya fuimos arrobados.
Hoy tenemos la presencia
del Reino que da su Mando.
Que es Mando sin Libertad,
que la quita al mandarnos.
Si dejara Libertad,
se resistiría la carne
y se acabaría el mandar.
La Libertad sí la deja,
cuando el Mensaje ya da.
***
Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pág. 185-186-187
Los acontecimientos de cada día nos recuerdan que vivimos en torre de plumas. Dios no deja de advertirnos.
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