En Sueño Profético decían:
El que quiere a Dios, le hace servicios a Dios. Hay tantas formas de servir a Dios, que el que no Lo sirva, no tiene disculpa. A Dios puedes servirlo enseñando a amar a Él; A Dios puedes hacer servicio, evitando que peque el que iba a pecar; y ya es el mayor servicio, la caridad hecha con Amor, sin diferencia de clase, dando la caridad al humilde, y dando caridad al poderoso.
Dijo uno:
Hay quien cree que el poderoso no necesita la caridad; muchos de éstos la necesitan para quitar el mal que mayor pudiera venir, para que con tu caridad los libres de la condenación, para que tu caridad rompa el muro del mal que estén haciendo; que nadie le hace ver sus ofensas a Dios, como éste que caridad les tiene.
No hay más caridad, que hacer que caridad tenga el que caridad no tiene. La caridad, el hombre la emplea poco. La caridad es desconocida por muchos, y conocida por pocos.
Desperté, oí:
Quien tenga caridad,
no tiene que decir,
yo amo a Dios.
Quien tenga caridad,
éste, buenos servicios
le hace a Dios.
Conocer la caridad,
es un Don que Dios te da.
Pero, ¿por qué te lo da?,
porque primero hubo Amor.
El Amor te enseña todo
lo que vaya de este Dios.
Te enseña a que olfatees
a aquel que visita Dios.
Te enseña a vivir Paz,
que fue lo que Dios mandó.
Y te enseña a que no puedas
vivir sin amar a Dios.
Todo te enseña si quieres,
pero sin obligar Dios.
Teniendo tú caridad,
ya estás sirviendo a Dios.
Porque si no hay caridad,
no puede haber compasión.
***
Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II - Pag. 175-176
La Caridad nos espera en el humilde y en el poderoso; se manifiesta en los bienes materiales y en la palabra, y es siembra para quien la ejerce y para quien la recibe.
ResponderEliminar