lunes, 23 de septiembre de 2019

El Camino de Dios

En Sueño Profético hablaban del Camino de Dios, de su Mando, de la forma de ofrecerse para que Él te diera Mando. Decían varios caminos donde tú podías buscarlo. La Paciencia era uno. Otro era poner la otra mejilla y hacer ver que el golpe no estaba bien dado. Y otro era tener siempre el deseo de buscar al que estuviera caído, y corregirle sus defectos, y siempre decir:

“Señor, ¿qué haría yo para que el hombre no Te ofendiera y para Te buscara con Amor?”.

Dijo uno:

El sufrimiento, mayoría de veces, condena en vez de hacerte pensar más en Dios y traerte a tu memoria esas heridas en Carne sana, hechas por mano del hombre –diablo–. Que Él permite que Le claven clavos, y en el Madero muere clavado. Nace sin casa, y su agonía no la tuvo en una cama. Si piensas en este sufrimiento, cuando a la Madre Virgen le entregaron el Cuerpo de su Hijo muerto, que Ella fue el Primer Sagrario y supo que era Dios cuando el ángel se lo dijo…    
 
Desperté, oí:


Extraña que Dios te mande,
y no extraña
cómo al que le manda se ofrece.

Coge el Camino de Dios,
pensando en el que sufre más que tú
sin el remedio encontrarlo.

Dios deja que tú Lo sigas,
si ejemplo de Dios vas dando.

Que este ejemplo,
el que lo vea,
puede seguirlo y copiarlo.

Que muchos hacen empiezo
y quedan sin terminarlo.

Otros terminan camino,
pero es camino cambiado.

El Camino a seguir
es el Evangelio practicarlo,
pero contento y con fuerzas,
porque Dios te está esperando
cuando el Camino ya dejas.


***

Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C7

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