En Sueño Profético hablaban de varios temas diferentes, pero todo era Enseñanza. Decían:
Tu consejo sea dado, pero no implorado. Tu actuación confirma la palabra que lleva el consejo. Tu consejo no puede ser negado ni tampoco implorado. Tu consejo siempre será de agrado para el Cielo, aunque el hombre no lo comprenda al oír el consejo. Pero si cree, acepta y pide Perdón en silencio por el pensar que antes de pedir consejo tuviera. Éste era un tema.
Otro, era: contestación a las letras, a los que viven creyendo que la Sabiduría de Dios está después que la sabiduría del hombre.
Decían:
Dios, en los primeros arrobos, dijo estas Palabras que hoy manda dictar. En las Palabras dijo:
“Tú habla como tú hablas, que hablas bien y yo sé cómo tú eres”.
En la escritura dijo:
“Tú coge un pasante para hacerlo público. Pero que ni a la Palabra ni al tema lleguen, ni consientas cambio por lo que el hombre quiera poner”.
Estas Palabras, para enseñar al Instrumento, Dios le dice en los primeros arrobos. Que la primera Enseñanza era para el Elegido. Que luego se enfrentaría, con el Poder de Dios, ante el hombre.
Desperté, oí:
Ponga el hombre la coma, acento o punto, donde el hombre vea que tiene.
Igual que a la lengua la acostumbras a que diga palabras según en el país que vive.
Pero el Amor de Dios no necesita cultura. El Amor sirve de interprete para que cada hombre lo sienta y lo escriba según las letras aprendió, siendo profesor o alumno.
Alumno de los torpes para la Tierra, de los inteligentes para Dios.
Si hay un gran Amor delante, te sobra el profesor.
Es como el niño que aún no le ha llegado el tiempo que hable y la madre lo entiende porque el Amor de intérprete hace.
Busca Amor y no te pares en lo que pertenece al pasante.
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Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C2
El espíritu se nutre solo de Amor pero Amor de Dios
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