El “Sí” de Dios

En Sueño Profético decían:

¡Qué grande es el “Sí” de Dios!

¡Qué fuerza tiene en los “noes” del hombre!

Por eso tiene que ser el Mando del Elegido recibido sin ver al Elegido, pensando: “Este Mando viene del Dueño de estos Escritos”.

El que así recibe el Mando, tiene el espíritu limpio. Cuando el espíritu no está limpio, rechaza el Mando de Dios. Y entonces, el Elegido reserva el Mando, porque el Mando no es suyo.

Dijo uno:

Si a Roma va Mando y espíritu no limpio, queda derrotado el Mando que da el Elegido. Si todos cogieran el Mando con Amor a Dios y creyendo cómo es Esto, a dos años no habría llegado para enterar al mundo entero.

Pero, ¿quién acepta el Mando como dicho en la Gloria a un espíritu que al ser por Dios Elegido, son Poderes que Dios le da para que los use en su Nombre?

El que así lo acepte, tendrá el espíritu limpio, y hará blanda la roca, sembrará intranquilidad, y la duda ya se esconderá. Esto es espíritu limpio.

Desperté, oí:

Tú manda con este Mando,
y la quietud no la recibas,
que esta quietud no es de Dios.

Aunque el sufrir sea grande,
ya fuerzas mandará Dios.

De todos los pasos que has dado,
que el mundo quede enterado.

Unos se habrán alejado,
y Dios, a otros, te irá acercando.

¡Qué triste tiene que ser
que veas en otras manos
lo que tuyo antes fue!

A otros, en vez de alegría,
cuando vean este final,
tendrá que entrarles ira.

Ira a su misma actuación,
por creerse ellos precisos
a los servicios de Dios.

¡Es pena, en cualquier forma,
que te quieras defender!

Pero haz que a la memoria
te entre este pensar:

“¿Quién soy yo para que pueda
parar esta Grandeza Divina?”.

Fui engañado
por espíritus del mal.

Que siempre luchan
para que el hombre no vea
el Mando que Aquí Dios da.

Dios está en medio
de estas grandes verdades:

“Día y noche,
muerte y vida,
nacimiento y eternidad”.

Todo obedece a su Mando,
porque Aquí Él
no deja la Libertad.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C1