En Sueño Profético decían:
Si no tienes Caridad, no te tengas por cristiano.
Si no consuelas al afligido, no te tengas por cristiano.
Si no buscas al pecador, no te tengas por cristiano.
Y si reformas las Palabras de Dios, eres enemigo de los que sí son cristianos.
El cristiano lleva el sello desde que fue bautizado. Y si las Palabras de Dios no las cumple, puede ser un enemigo peligroso de los verdaderos cristianos, porque reforma la Ley del que tiene que juzgarlo.
Dijo uno:
Si hubiera una ley mejor que la que Dios le tiene al hombre –con libertad para que la cumpla o la desprecie–, ya no sería Dios Único y Poderoso, Rey de Sabiduría, Creador, Refugio del sufrimiento en enfermedad o en pecado hecho, o en tentación, que te mete en el sufrimiento.
Desperté, oí:
Ser cristiano es hacer, viendo bien, la Ley de Dios.
Ser cristiano es vivir Prójimo. Ser cristiano es celebrar con Amor las Palabras que Dios dijo en su Última Cena.
Pedir Perdón y dar las gracias por entrar el Cuerpo de Dios en el hombre.
Y ser cristiano es no pedirle a Dios cuentas, nombrándote tú o nombrando otras escenas.
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Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C8
Esencia del cristianismo: amor a Dios en el Prójimo, en Su Palabra, en la Eucaristía, y aceptación.
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