En Sueño Profético decían:
Llegan alegrías con los que están a larga distancia,
que dicen que están dispuestos para lo que Aquí haga falta.
Dijo un espíritu con Mando de Dios:
El que conozca a este Elegido de Dios y tenga
sufrimientos grandes, si cree en sus palabras, el Poder de este Elegido el
sufrir se lo achica en sus primeras palabras. Y le hace que piense en la Madre
de Dios Virgen, cuánto sufrir Le hicieron, que fue matar a su Hijo y Ponerlo en
sus brazos, con las señales de clavos y de pinchos en sus Pies y Manos.
Cuando Dios elige es porque sabe que todo el pensar
del que elige está en cundir que Dios está vivo con su Cuerpo, esperando que el
Mundo tenga creencia para que el Amor de Dios esté por todos los sitios. Que es
lo que hace falta para hacer la vida que Dios manda, que sin Amor el Poder de
Dios no te llega.
Este Amor cuando llega es porque tu creencia va
publicando, con fuerzas y alegrías, lo que Dios está mandando. Que es un mandar
que como lo empieces ya sin este pensar te crees que a Dios no le sirves,
porque dices: “Las fuerzas de Dios yo quiero que no me falten”.
Desperté, oí:
Si tu espíritu está siempre contento esta alegría no
puede estar oculta.
La carne que Dios me unió estaba con su cuerpo y su
traje normal, como cuando copiaba los Mensajes. No se puede decir cómo se ve su
cara, ni cómo se oyen sus palabras, ni
el sentir de su voz. Que es éste:
- Ana
cuídate, cuídate, que tu cuerpo le hace falta a tu espíritu. Que esto lo dice
un espíritu en mi espíritu, y así esto silencio no tiene.
Todos los que están aquí unidos dicen que tienen el
Mando de Dios. Que esto se ve en los ingresos que recibe el Elegido.
Las pocas horas de sueño dicen que son un justificante
más para que vean que Esto no es de la Tierra, que es de la Gloria para enseñar
de la Vida Eterna.
Dicen que haciendo este pensar la Gloria no la pierdes
ya.
Del cuadro de la Última Cena de Dios Hijo salían unos
Rayos que sin luz brillaban y a la habitación luz daban.
Todo es Poder de Dios con Mando para la Tierra.
***
Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo VII
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