En Sueño Profético decían:
Un día, hablando Dios Hombre en la montaña, enseñando a los hombres para que enseñaran sus Palabras, dijo:
“No podrán enseñar los que no Me aman, porque el hombre ve más que oye. Y no podrán practicar mi Doctrina los que Amor a mi Padre no Le tengan. Dará testimonio de que Me ama, el que ame a todo lo que Yo amo. Y será elegido por Mí, el que mi Mando no desprecie y vaya mi Mando practicando. Conocerán que son míos, a los que vean que Yo les estoy mandando, porque antes de que les vieran su carne, ya eran por Mí conocidos”.
Y en medio de aquel silencio, siguió este Dios hablando:
“Esta Voz que de Mí sale, es mi Padre el que la está mandando. Practicad la acción y después publicad la obra. Llevad silencio con Amor y grito de Obediencia, que el grito lo da la obra”.
Desperté, oí:
Fue uno de los Sermones
que más referíamos luego,
cuando ya Él nos faltaba.
Fue un medir en acción
y un silencio de palabras.
Fue de las grandes Doctrinas
que jamás tendrá reforma.
Dios quiere que se haga el bien
y se publique la obra.
Y quiere que su Instrumento
diga lo que oiga en Gloria.
Pero más quiere que sean
los Libros para la Historia.
***
Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - Cierre del Libro
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