En Sueño Profético decían:
Si el sufrimiento dejara huellas, como los pies en el polvo o en el barro, el Elegido haría un museo y daría miedo no aceptarlo.
Estos sufrimientos vienen del hombre, porque de Dios no pueden ser. Vienen del hombre, persiguiendo a Dios, para esconder al Elegido con el grande sufrimiento que ya el hombre se propone darle con espíritus que no son de Dios. Esto es guerra de espíritus, triunfo de Dios, derrota del enemigo del hombre. Del enemigo del hombre que está en la línea de Dios, porque el que no está en su línea no es enemigo, éste es su amigo, pero amigo asesino, que es peor que ser enemigo.
Desperté, oí:
Qué falta hace que el hombre aprenda a conocer lo que viene de Dios o lo que va en su contra.
Qué falta hace que enseñen, como primera asignatura, a conocer lo que te lleva al Infierno o lo que te lleva a la Gloria para que, por presentación que te pongan, tú lo conozcas.
El espíritu del mal no dejará, ni de día ni de noche, de trabajar para que pierdas la Gloria.
Por eso el Elegido va enseñando: Esto es de Dios, y esto del enemigo.
Y a cuestas va llevando el sufrimiento por no ser bien comprendido, pero la fuerza que lleva derrota al enemigo.
Si el hombre aprendiera cuando le enseña el Elegido sabría conocer de lejos lo que es de Dios y lo que es del enemigo.
***
Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII
No hay comentarios:
Publicar un comentario