En Sueño Profético decían:
Sufrimientos del Elegido son alegrías para el que a Dios no ama.
Que si no viviera sufrimientos, no justificaría y no serviría de ejemplo para el que no tiene sufrimientos y sufrimientos les llama.
La confianza en Dios anula todas las trabas. Que esta confianza es la que quiere Dios que el que ama Le tenga.
Dijo uno:
Tiene que ser satisfacción para unos, y remordimiento para otros. El que pudo hacer y no hizo, ya le pasó el tiempo. Éste, aunque no quiera, tiene momentos de atormentarse. El que todo lo puso, éste sufre contento y nunca se ve apartado, porque a Dios sigue sirviendo en acción o en deseo. Nunca piensa: “yo hice el tiempo pasar para no servir al Cielo”.
Este pensar no le llega al que cumplió sin esfuerzos. Que este cumplir se hace cuando a Dios llevas dentro.
Desperté, oí:
Si sientes a Dios,
sin palabras lo vas publicando.
Si sientes a Dios,
no vives si no hay Mando.
Si sientes a Dios,
eres sediento en la montaña,
que subes y bajas el cerro
pensando sólo en el agua.
Este sentir no se cansa
y no dice: “yo no sigo
donde Dios deje Palabras”.
El que se olvida del Mando,
no sabe lo que es sentir
esta alegría que hace
tan sólo el pensar Aquí.
Este Mando da descanso al trabajo
que cansancio te dio ahí.
***
Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C6
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