En Sueño Profético decían:
Hay más que desafían a la muerte, que evitan que ésta llegue.
Hay más que esperan los años para ser buenos, que sin muchos años sean buenos.
Dijo uno:
El trabajo del que no ama es pedirle que sea bueno.
Ciertas eran las palabras que mucho le oí a mi padre:
Donde no hay Amor, no pidas, porque no te entenderán.
Antes de pedir, enseña a que amen, y ya darán sin esfuerzo.
El Amor de Dios te hace ver las cosas como son, y tú ya vas cogiendo lo que a Dios agrada.
Hay quien es modelo a los 80 años, cuando ya nadie mira el modelo. Y hay quien a los 20, todo lo desprecia porque modelo se siente.
Otro dijo:
Este de los 20 se arropa con el Amor de Dios, con la Verdad de esta Vida Eterna. Este de 20, cuando llegue a los 80, no le extrañará nada, porque ya vivió con 20 una vida frenada, que no la frenaba él, que era el Amor el que frenaba.
Siempre que se oye al viejo, siempre son estas palabras: “Si otra vez yo viviera la vida, no haría cosas malas, no viviría aprisa. ¡Hoy todo me pesa en el alma! Vosotros, los zagalones, aprended de los 80, que los 20 pronto pasan. Y ya como final consejo, con su pañuelo arrugado, se va enjugando sus ojos, recordando lo pasado. Luego hará una pausa en la esquina, donde se quedará parado contemplando a unos niños, pero éstos sin pecado. Otra vez quedará triste por no haber a Dios amado.
Desperté, oí:
¡Qué ciertas son las Palabras
que dictan en esta Gloria!:
“Donde no hay Amor,
no pidas, que no te entenderán”.
¡Que ejemplo tan medido,
que siempre vuelve a pasar!
El joven vive corriendo,
para poder más pecar,
y el viejo sufre y espera
lo que no quiso pensar.
La muerte él la creía
para otro, no para él.
Y los 80 veía
lejos, tan lejos de él,
que nunca pensó en vejez
ni en llegar invalidez.
El de los 20 que ama,
cuando llega la vejez,
nunca sentirá deseo
de volver a la niñez.
A éste puedes pedirle,
porque sabe comprender.
Porque ya luce el modelo
sin que tenga la vejez.
Éstos son los que Dios manda
para enseñar a querer.
Para que no diga el hombre:
“Es bueno por la vejez”.
***
Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C7
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