En Sueño Profético decían:
A más alegría te manda el Cielo, mas se sublevan los espíritus del Infierno.
Es barro querer, con barro, quitar la mancha de donde está limpio y claro.
Lo que sí es sufrimiento es el ir enseñando a que comprendan: “esto es de Dios, y esto es del mismo diablo”. Éste coge palabras y las reviste para engaño, que sin terminar de decirlas, sabe dónde van a quedar, el que está por Dios enseñado y Dios lo manda a enseñar.
¡Es sufrimiento grande conocer y tener, en momentos, que callar!
Dijo uno:
Estos espíritus que están en contra de la Palabra de Dios, los conoce el que más está entregado al servicio de Dios.
Se conocen por el malestar que te dejan, aunque usen hipocresía. Estos hipócritas revolucionan, y el que no está entregado, ya forma la guerra.
Si habla el hipócrita, y el que oye está lleno, hay encuentro de discordia. Y si coge al que está cerca del Instrumento, para herir al Instrumento, más grande será la discordia.
Desperté, oí:
La discordia intenta siempre anclarla
el que no está con el Mando que Dios manda.
Y el que insulta al Profeta,
está insultando a Dios.
Jesús tuvo que decir:
“Vete de aquí Satanás”.
Les llamó manojo de víboras,
hipócritas y sepulcros blanqueados,
lobos con piel de cordero.
Todo esto y mucho más
oyeron de la Boca de Dios Hombre
los que Lo amaban y siguieron.
Los demonios lo oían,
pero guardaban silencio.
Sabían el mal que hacían,
y querían seguir haciéndolo.
Los Discípulos enseñaban
las Palabras del Maestro.
***
Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III- Pág. 191-192-193
Los espíritus de Dios se reconocen por la Paz que dejan. La discordia no es de Dios.
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