En Sueño Profético decían:
Este Mensaje enseña, pero tienes que querer ser enseñado. Este Mensaje comprende mejor lo que en Gloria han hablado, el que tiene seguridad de que viven espíritus malos. ¡Que no sólo tienen vida aquellos que murieron santos!
Pues si crees en éstos, tienes que tener cuidado. Porque el poder de ellos hará que diga tu lengua lo que nunca habías pensado, y que tus manos lleguen a meterte encarcelado, y que en una obra de Dios digan ellos: “es del diablo”. Te hacen que tires oro, y plomo cojas a cambio. Te retiran de lo bueno y te llevan al fracaso. Y quieren condenación porque de allí van mandados.
Pues si esto hace el demonio –perseguir y hacer daño de Infierno–, ¿qué intentará hacer con el que Dios trae a su Reino? Cielo que viven los hombres y no necesitan cuerpo. Cielo que ya dice: Dios. Como Infierno: demonio.
Todo el que mire al Cielo y mande glorias, o sea, pidiendo, ya antes le dio su premio y oyó su eco, aunque este eco no había salido aún del cuerpo.
Desperté, oí:
Nadie podrá enseñarte mejor
del bien o del mal,
que el que Dios Aquí Él enseña.
Mirar al Cielo y mandar glorias
es de un bien que tú hiciste
y Dios te premia.
Y si la mirada fue para pedirle,
también te premia,
porque a Él fuiste.
Mira al Cielo,
y que acompañen palabras
que nadie sienta su eco.
Este consejo es de Gloria,
dicho en Arrobo.
Ahora aquí queda puesto:
“Señor, que yo no sea engañado
por espíritus del Infierno”.
“Que mi poder sea mayor
que el engañar que me dieron”.
“Hazme vasallo tuyo
aunque viva el sufrimiento”.
“Porque sólo eres Tú
el que me das el consuelo”.
¡Tienes que amar mucho a Dios
para esto comprenderlo!
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Libro 17 - Investigaciones a la Verdad - Tomo II - Pág. 127-128-129
La Oración es escudo contra los espíritus del mal.
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