En Sueño Profético me decían:
El que ama a Dios, cree todo lo que venga de Dios. El que no Lo ama, no es que no Lo cree, es que no quiere saber de Él. Los que no creyeron cuando los Profetas anunciaban la Venida del Hijo, los que menos hambre tenían de Dios, más trabajo les costó ver la Verdad. Hubo más que no Lo creyeron. El que cree que vive Dios, éste busca dónde habla Dios. Buscar es querer hallar, y si amas, cuando hallas, tú ya no dejas este hallazgo. Cuando Dios vivió de Hombre y entre los hombres, el que creía en Dios no se separó de Él, y cuando dio su despedida, se entristeció. Esta tristeza salía del Amor tan inmenso que Le tenían. Y si tienes al Profeta –que es Dios hablándote, enseñándote y perdonándote–, y tú no acudes, no te esfuerces en querer decir: “Yo sí quiero a Dios”.
Cuando ya desperté, oí:
Cuando habla Dios en la materia, esta materia se ve vibrar con tal Poder, que contagia.
Hay quien no quiere oir al Profeta por temor a ver a Dios.
A Dios no puedes querer y esconderte de Él.
Dios oye más ofensas que alabanzas.
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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 21-22
Aunque nos tapemos los oídos, Dios sigue hablando. Escondernos de Él es aún más difícil que huir de nosotros mismos.
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