En Sueño Profético hablaban del Amor, que Amor llega Aquí a este Cielo. Ponían comparaciones del Amor vivido ahí con contacto Aquí, sabiendo este Amor el Color y la Fuerza del Fuego. Estos que sienten este Amor fueron los que Aquí vinieron, pero antes de venir, también sentían el Fuego que les llegaba de Aquí.
Dijo uno:
Hay quien en el sufrir llamó con tanto Amor, que en medio del sufrir oyó esta Voz del Cielo que nadie podía oír, nada más que el que vivía este gran sufrimiento, y ya se juntó este Amor y ahí vive ya lo Eterno.
Dijo el mismo:
El grande sufrimiento siempre te hará pensar mal si tú le abres la puerta al pensar que siempre irá en contra de Dios. Los Elegidos son perseguidos por estos pensamientos, pero su grande Amor no deja que se recree el espíritu del mal. Hay más Elegidos por vivir el sufrir que dio el hombre, que por pecados que tú hicieras y después al Cielo llamaras. Éstos son perdonados, pero menos número de Elegidos son los que entran y salen a esta Gloria. Para comprender estas Palabras tienen que ser muchas de ellas leídas, pensadas y sin querer arreglarlas a manera de la enseñanza del hombre.
Desperté, oí:
Cierto que el sufrimiento
siempre te aconseja mal.
Hay quien te crees que es bueno,
y cuando llega el sufrir,
tú sufres de estarlo viendo.
Tú sufres porque lo ves
ofender a Dios del Cielo.
Hay personas buenas,
buenas porque antes de entrar llave,
ya le estaban abriendo puerta.
Pero si esta misma llega el día
que se atrancara la puerta,
tal vez no la conocías
de la escena que hiciera.
Éstos no sienten Amor
de Aquí, de Fuerza del Cielo.
Éstos no son Elegidos,
aunque los tengan por buenos.
Los que sufren dando Paz
son los primeros para el Cielo.
Porque pueden enseñar
a que a Dios no culpen de ello.
Éste, si siente el Amor,
amó, sufrió y llamó al Cielo.
Siempre diciendo: “¡Dios mío!,
Tú sabrás de este ocurriendo”.
***
Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 42-43-44
El sufrimiento puede ser una puerta abierta para el mal o para el Cielo. Si nos aferramos a las debilidades humanas puede echarnos a perder.Si nos aferramos a la Oración,se convertirá en enseñanza y en Paz.
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