En Sueño Profético hablaban de creer. Decían:
Creer es decir: “creo en aquello que no veo pero siento”.
Creer es decir sí a todo lo que viene de aquello que estás creyendo.
Creer es no admitir un palabra en contra, para quitarte el creyendo.
Pues si además de creer te justifican, después de creer como aquí estás viendo, haz examen de conciencia y rectifica tus hechos. Que mientras vivas de cuerpo, puedes tener algún remedio. Pero piensa que tu espíritu lo tienes enfermo. Enfermo y contagioso.
Porque todo el que vea bien aquello que estás diciendo, va cogiendo enfermedad y va pecado viviendo.
Dijo uno:
El hombre no cree pecado decir: ¿y por qué voy yo a creer esto? Y no sabe que es pecado porque a Dios está desmintiendo.
Haz este pensar: “¿Estos Escritos son de la Tierra o son dictados del Cielo?”. Si tú los crees de Aquí, el amén pones primero, y te molesta oír la duda al Instrumento. Te molesta hasta el extremo de que tu rostro dejas triste y no compartes alegría porque te da pena y miedo.
Desperté, oí:
Si crees, obedeces
y haces que más crean.
Si no crees,
ni obedeces y reformas.
Reformas lo que salió,
a un espíritu de esta Gloria.
El creer no admite leyes
que el hombre al creer le imponga.
Cuando el creer tú lo presentes
como Esto se presenta.
Cambia el camino que llevas
si duda estás practicando.
Que puede que llegue el día
que ya no puedas cambiarlo.
¿No te da algo por dentro,
sin que puedas explicarlo,
cuando admites palabras en contra
del que de Aquí lleva el Mando?
Haz un rato de oración,
y acompaña pensando:
“¡Qué diferencia tan grande
de lo que habla el hombre
a lo que hablan estos Dictados!”.
Piensa en la Vida Eterna y aprovecha
el bien que Dios te ha mandado.
Que no es corriente el decir:
“en mi casa ha tocado”.
***
Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pag. 41-42-43
Si el creer ha tocado en nuestra casa, será para que abramos las puertas y demos a conocer la Comunicación de Dios.
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