En Sueño Profético hablaban de los santos, de los místicos, de los contemplativos, de los cristianos, de los que nombraban a Dios. Comparaban a Dios con lo que jamás puede existir: otro Dios. Decían:
La falta de Amor a Dios hace que el hombre invente otros dioses.
La falta de Amor a Dios no une a los cristianos.
La falta de Amor a Dios hace normal el pecado. Que pecado es retirarte de lo que Dios tiene mandado. Y al retirarte, retiras, porque a Dios no Lo vas nombrando.
Dijo uno:
Hay quien practica la Palabra de Dios habiéndola él reformando, y ya vive pecado.
Por eso estas Enseñanzas, si quieres, ves que bajan del Cielo, y el Mando que llevan prohíben reformarlas.
El espíritu, cuando llega al cuerpo, no puede obedecer otro mando que el que ya le han dado.
El místico escandaliza si no guarda silencio. Y el que Dios le dice “Ve en mi Nombre”, si cambia este “Ve” por el del hombre, no es de Dios su actuación.
Desperté, oí:
Nombraban con grande fuerza en Gloria, que sólo hay un Dios.
Decían que creer en Dios y no creer en el mismo Dios cuando su Palabra se hace Carne, era no creer en Dios.
Decían que lo mismo que todas las razas andaban con los dos pies, sin poner las manos en el suelo como los animales, por qué no la cultura enseñaba con los adelantos a creer y amar al mismo Dios.
Dios baja a la Tierra para enseñar al hombre su Doctrina.
Tuvo que hacerse Hombre en un lugar, pero sus Mandamientos son para todos los sitios que haya hombres.
Y al cumplirlos, son cristianos.
No compares con ninguno al que Dios le da su Mando.
Porque el Mando no obedece, por faltar fuerza, a otro mando.
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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 170-171-172
El mayor error del ser humano es convertirse a sí mismo en dios: reformar, juzgar y no amar al Único Dios.
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