En Sueño Profético decían:
¡No te entregues a la Tierra
retirándote del Cielo!
Que al final es puro engaño
y puedes perder lo Eterno.
¡No te entregues a la Tierra
sin ser Esto lo primero!
Son pocos para contar
los que se entregan a la Tierra
y a Dios siguiéndolo van.
Casi siempre
la Tierra acapara y exige
y te pone varias formas
donde hay una nada más,
para que cuente el reloj,
que a favor de Tierra está.
Y ya, tiempo no te deja el tiempo,
que tú lo puedas administrar.
Dijo uno:
Si quieres seguir a Dios,
enfréntate con el tiempo,
cuando lo veas ladrón
y quiera ponerte inquieto.
Desperté, oí:
Dan en Gloria el consejo:
“¡Primero Dios, y después Tierra!”.
Si esto llevas en tu mente,
tú tienes tiempo de sobra.
Lo que tienes que quitar
es la importancia al estuche,
y el valor darlo a la joya.
La Tierra sabe engañar,
presentando beneficios
o halagos a tu persona.
¡Tierra, Tierra que das vida
con el Mando que Dios manda!
¡Tierra, Tierra que quisieras
que en el Cielo nadie entrara!
Si el hombre amara a Dios,
al tiempo encarcelaba,
y ya el tiempo huía del hombre
y de Dios no lo apartaba.
La Tierra da vida al cuerpo
con el Mando que Dios manda.
Por eso, el que ama a Dios,
sabe si la Tierra engaña
con el tiempo y el reloj.
***
Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Pág. 171-172-173
Somos esclavos del tiempo porque nos enredamos en las cosas de la tierra. Dios es Presente y el tiempo está a su servicio.
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