En Sueño Profético decían:
Debía el hombre tomar esa vida como nube de verano, y pensar en la muerte como si fuera el relámpago, que en silencio da la luz, y cuando el trueno ha sonado, el silencio de la luz va formando el escándalo. Esto es vida y muerte.
Dijo uno:
¡Cuántos llevarán por dentro, en silencio ya, el relámpago! Que cuando llegue muerte, no puede nadie pararla. Si esto pensara el hombre, ¡cuántos males se quitaban!
No hay mejor recordatoria que te ayude a que veas esa vida corta, que cuando te hablen de 100 años, te venga a la memoria: “¡si en mi familia no hay, ni oí que nadie tuviera, esa vida tan larga!
Desperté, oí:
Luego, si piensas
100 años para una eternidad,
nunca digas a los 100 años:
“fue vida larga pasada”.
Coge la vida del cuerpo
como nube de tormenta,
y disfruta ya la Paz
que este Cielo nunca niega.
El hombre coge esa vida
como hierro que sembrara
dentro de mármol y cemento.
Y no piensa que esa vida
la lleva arrastrando al cuerpo,
y que puede llegar muerte
antes que llegue relámpago.
Lleva esa vida contento,
que es la que luego te sirve
para que vivas lo Eterno.
¡Que lo Eterno es la Gloria!
Donde hay un solo Dios,
aunque Tres Dioses se nombran.
***
Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 145-146
Tras las nubes de verano se espera el frescor y la calma. Para quien ama, el paso a la otra Vida es una puerta a la Paz.
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