En Sueño Profético decían:
La Caridad, cuando Dios media, sí es Caridad. ¿Que cuándo media Dios? Cuando tú estés día y noche:
“Señor, a tu servicio estoy. Señor, ni protesto ni me canso. Y la muerte venga a mi cuerpo antes de que a mi pensamiento le llegue este pensar: “¿Por qué, Señor, sufro tanto y otros se van de esta vida sin lágrimas de sufrimiento haber echado, y han tenido de sobra, y a mí siempre me ha faltado?”.
El que tenga este pensar y Caridad quiera ir dando, ¿cómo va a dar Caridad sin comprender aquello que está pasando?
El comprender te lo da ponerte tú en el camino de aquel que el camino está pasando, y pensar cómo pasarías el camino, si aprisa o despacio, con lágrimas o sonrisa, pidiendo cuentas o alabando.
Desperté, oí:
Habla el hombre de la Caridad
y no sabe dónde hay que darla.
Como no lo vea hambriento o descalzo,
no sabe dejarla.
La Caridad tiene más valor al espíritu,
que es eterno y no acaba.
La Caridad al espíritu
te hace que reflexiones
y que pidas el Perdón
por aquel que juzgue al hombre.
***
Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 184-185-186
La Caridad al espíritu va unida a la humildad del que pecó y ayuda a no pecar, del que sufrió y acompaña en el sufrimiento. Por eso no juzga.
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