En Sueño Profético hablaban espíritus con el Mando de Dios, que siguieron a Dios Hombre cuando sus cuerpos tenían vida sirviéndole al espíritu. Decían:
Jesús mandaba a cundir sus Palabras, y Él hacía Presencia en los sitios que su Presencia llamaban, para que más se cundiera su Existencia de Dios y Hombre. Buscaba a los pecadores que no creían ser dignos por sus pecados pasados, o al que Lo buscaba porque quería dejarlos. Pero no iba a casa del pudiente que pasaba por su casa y Lo despreciaba.
Si Dios Hombre entra sin que Lo llamen, retira al que estaba tibio, con este pensar: “El Maestro entró y su Presencia no la buscaron. A sus Discípulos, yo los vi llamar y no abrirles la puerta, y luego me abrieron a mí. ¡No será el Dios que anunciaron los Profetas!”.
Si piensas estas palabras, ves que hacen daño al que no está lleno del Amor a Dios. Y si falta Amor, no puedes comprender la actuación de Dios o su Mando.
Desperté, oí:
La Palabra de Dios, donde Dios la da, deben buscarla o llamar al Lugar para que haga presencia.
De no ser así, puedes hacer daño al que cree en Dios o al que no cree y ama.
Al leer este Mensaje, tráete a tu vista: pasar por la puerta de Dios Hombre, no querer entrar y luego ir Dios buscando el desprecio.
Dios buscó al pordiosero, al hambriento y al pecador que quería dejar el pecado y Seguirlo.
También buscó al gentil y al pudiente.
Pero al que Lo conocía y no Lo llamaba, Él no iba, mandaba a sus Discípulos, para el que Premio quería.
Estas son Enseñanzas para que el que Él elige las siga.
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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C2
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