jueves, 24 de agosto de 2017

Lo que se hace por Dios, lleva alegría y contento

En Sueño Profético decían:

Cuando Dios actúa en tu espíritu,
tiene que decirlo tu cuerpo.

Cuando tú amas a Dios,
no puedes tener secreto.

Cuando el río se desborda,
ya moja otros terrenos,
y no pueden estar ocultos
para aquel que mire al Cielo.

Pues esto es Dios actuando en un espíritu, que todo el que mire, verá que la acción de cuerpo es de Dios.

Dijo uno:

Al Elegido, Dios le enseña
a conocer lo que por Dios están haciendo.

Le enseña en el sentir,
que le revoca en silencio
lo que está hecho por cumplir,
con protestas o en silencio.

Es algo que dice en ti,
que vas escribiendo por dentro.
Y ya formas la lectura,
que es de Dios o no es aquello
que están oyendo o viendo.

Lo que se hace por Dios,
lleva alegría y contento.
Y no puede haber secretos.
Secretos al que Dios elige
para que te enseñe a dominar tu cuerpo,
para que lo que no sea de Dios,
el rechazo sea pronto.

Desperté, oí:

La acción, si es de Dios,
el Mando de Dios llevó.

Y este Mando te rechaza
impedimentos y cansancio.

Te hace que veas bien
todo lo que vaya pasando,
cuando tú digas:
“Señor, mi confianza Te di,
y yo vivo con tu Mando”.

“Mándame lo que yo pueda hacer,
que con tu Mando,
nada queda por hacer”.

Este servicio,
al que lo haga con alegría y contento,
no le faltará abundancia
para hacer servicio al Cielo.

Un servicio que Dios paga
el ciento por el uno.


***

Libro 30 - Investigaciones la Verdad - Tomo IV - C5

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