En Sueño Profético hablaban de la Confianza en Dios. Decían:
La Confianza te ayuda a vivir, te da Paz y te quita de que peques, aunque el pecar sea de pensamiento. Pero te cambia la vida en tu forma de actuar, y ya te quita valentía en ir lejos o cerca, cuando la Confianza no te acompaña ya. La Confianza, unas veces te pone tranquilo, y otras veces te da intranquilidad, intranquilidad en aquello que tú quieres alcanzar.
Dijo uno:
La Confianza acampa donde no falta Amor a Dios. Aquí puede haber pregunta. Aquí puede haber respuesta: “Yo amo y confianza no tengo”. A este amar le falta lleno, pero un lleno espiritual, que puede cualquiera verlo.
La Confianza te hace estar siempre a Dios pidiendo. Unas veces para ti. Otras veces para el que ves sufriendo y tú Le pides a Dios con la Confianza de que te está viendo y oyendo.
Desperté, oí:
Es justa la respuesta,
y la pregunta, incompleta.
Porque si ama,
no ha llegado a llenar,
el espíritu, de Confianza.
También hay quien confunde
la aceptación con la Confianza.
Si te falta una pierna,
no vas a poner la Confianza
en que te nazca otra pierna.
Pero pones Confianza
en que Dios le mande a las muletas.
Y puede que vivas mejor
que el que tenga las dos piernas,
si lejos está de Dios.
Estas Enseñanzas son sencillas
si pones de interprete
el Amor a Dios.
Este intérprete Divino no te engaña,
y siempre hará
que Dios vaya en tu compaña.
***
Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - C4
No hay comentarios:
Publicar un comentario