En Sueño Profético hablaban del espíritu y del cuerpo. Decían:
Hay cosas en tu espíritu que no las sabe tu cuerpo, porque tú las detienes cuando llega el momento, que es fingir lo que no estás sintiendo. Que esto se puede hacer en lo malo y en lo bueno. Pero en las cosas de Dios no puedes fingir Amor si por dentro no lo sientes, porque el cuerpo te descubre en tu cara y en tus gestos. Esto es madre con hijo en brazos que quiere ocultar que lo quiere. No podría hacer el papel. En cambio, si no lo quería e iba a dejarlo, haría el papel apretando y acunando aquello que no sentía. Esto sí puede tu cuerpo demostrarlo. Pero si el espíritu es de Dios –cosa que a Dios agranda–, tú no puedes taparlo haciendo el papel de que no lo amas.
Desperté, oí:
Va el Mensaje a que cuando tú quieres, no puedes fingir que no quieres.
En cambio, en el no querer, sí puedes hacer el papel y engañar, aunque sea por poco tiempo.
Pero el Amor a Dios tú no puedes fingirlo por papel o por convenio, porque este Amor pide que lo vayan viendo.
Decían que una madre podía fingir, sin querer al hijo, que mucho lo quería.
Pero quererlo y hacer ver que no lo quiere, no hay quien pueda hacer este papel, porque el Amor busca ser descubierto.
Pues piensa amar a Dios y poder guardar silencio.
Es más fácil hacer ver que Lo quieres sin quererlo, que quererlo ocultando este queriendo.
No puedes querer a Dios y vivir como el que no Lo está queriendo.
En cambio, el que no Lo quiere, puede fingir en algunos momentos.
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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C9
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