En Sueño Profético decían:
Si eres de Dios, tienes que darle el valor al espíritu y después al cuerpo.
Si eres de Dios, tú dominas a tu cuerpo cuando quiera llevarte al pecado.
Si eres de Dios, tú no puedes romper los Mandamientos que están dichos por Dios y mandó que quedaran escritos para todos los hombres que fueran naciendo después de su Resurrección, y para que se cumplieran para tener Vida Eterna en su Gloria.
Si eres de Dios, coges una parte de sufrimiento de aquel que está sufriendo por lo que no sufres tú.
Dijo uno:
Hay sufrimientos tan grandes, que, sólo al pensar en Dios, ya no los ves tan grandes, si piensas en Dios como Hijo y en la Virgen como Madre. Pero tienes que pensar que Él pudo no haber consentido el sufrimiento, y lo dejó. Que es toda vía más sufrir, ver que el hombre quiere Calvario en la Cruz, y Dios le deja su Permitir.
Desperté, oí:
No hay sufrimiento mayor,
si eres de Dios,
que el sufrimiento que te viene
de la carne de tu misma carne.
Pero si piensas en Dios,
la ira y la desesperación
no pueden llegarte.
Que son los dos personajes,
con más fuerza,
para retirarte de Dios.
Es sufrimiento, sufrir.
Pero tiene que ser mayor
aquel que muera de viejo, diciendo:
“Dios sufrió, pero yo no”.
Si sufres sintiendo a Dios,
después del grande sufrir,
Dios te da resurrección.
***
Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C6
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