En Sueño Profético hablaban del místico, del contemplativo y del que Dios cogía de Instrumento para que repitiera lo que Dios le daba para el hombre.
Este Instrumento, si lo sigues, ves Mando y reacciones que no son de místico ni de contemplativo. Ves fuerza arrolladora y desobediencia a la palabra del hombre. Ves Sabiduría de tal importancia, que a más sabiduría de la Tierra, más sube esta Sabiduría Divina, sin poder llegar el hombre.
A este Lugar lo verás humilde si no intentan reformar estos Escritos. Si intentan hacerle reforma, para mejorar lo que Dios le ha dicho al espíritu en el Sueño Profético y luego al cuerpo le manda que escriba, verás que la humildad del Instrumento se retira, porque ya no ve delante Amor que a Dios siga, porque el Amor a Dios se conoce por aceptar y ver bien lo que Dios diga.
Desperté, oí:
No es lo mismo hacer para ti, que hacer para enseñar.
Y no es lo mismo hacer tú tu mismo mando, que hacer Mando que Dios te está mandando.
Esto, para comprenderlo, tienes que hacerte párvulo, y Dios ya te da premio.
No compares nunca nada con el que Dios le dice: “Ve y publica mis Palabras”.
Aquí la humildad se niega por ser Dios el que le habla.
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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C3
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