En Sueño Profético decían:
El hombre se hace malo si no practica las Palabras que Dios, cuando vivió de Hombre, iba enseñando. Y si las practica habiéndolas reformado, tampoco es bueno para el Cielo, porque todo lo que se reforma, siempre crees mejorarlo.
Tan sólo al pensar esto, te da miedo y te sientes fracasado cuando te llega el pensar: “Por mi culpa hago a tantos pecar. El día que me presente en el Juicio Final, no tendré quien me defienda, porque al querer defenderme ya hago a más pecar”.
Para creer y amar, tienes que vivir sus Palabras sin intentar reformar.
Dijo uno:
Dios no puede equivocarse, porque no es pasado ni futuro. Dios es presente en la vida y en la muerte, en la soledad y en la abundancia de gente. El que así lo crea, vive su Presencia y no reforma.
Desperté, oí:
¡Qué alegría
al que le llegue la muerte
y no sufra nada más
que por los vivos que se deje.
Que este sufrir
es corto para el que muere,
y largo para el que se queda,
aunque lo mismo se quieran.
La alegría de morir,
ya llega después que mueras.
Cuando antes de morir,
a Dios Le diste las cuentas
del mal que hiciste ahí.
Por eso es alegría
al que le llega la muerte
con estas frases ya dichas:
¡Contigo, Señor, yo siempre!
Porque no hay nada verdad
como la vida y la muerte.
La vida, porque se acaba,
y la muerte, porque es Vida
y no es muerte.
***
Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C2
La muerte está al acecho y nadie sabe su hora
ResponderEliminarHay que estar preparados con los deberes hechos,que no es cosa de broma lo que nos jugamos en la eternidad
Y es salvandose y no es lo mismo con notas bajas que con un sobresaliente
Hay que hacer los deberes!