En Sueño Profético decían:
El mando tiene que existir en el hombre. Pero un mando bien mandado, poniéndote tú en el que recibe.
En el mando, el que hace el mando es preciso. Pero en el que da el mando, hay profesiones y sitios que sin mando sería un gran fracaso, y en muchos sitios no serían tan nombrados, ni tan grande el beneficio que con mando hubieran dado.
Esto es en el mando temporal, que por mucho que el hombre quiera mando, tiene que dejarlo para otro, pero siempre habrá un mando. Pues en las cosas de Dios, si le dieran valor al Mando, no extrañarían estas Palabras que dicen en la Gloria, ni habría dinero para pagarlas. El hombre entiende al revés: él cree que el que lleva este Mando, tiene que implorarle a él para que quiera aceptarlo.
Desperté, oí:
El que manda y el que recibe el Mando, si los dos son de Dios, los dos se ven necesarios.
Pero en las cosas del hombre, el mando lo cobran y obligan a que se haga, aunque el que manda sepa menos, pero el cargo es el que manda.
No son casos conocidos que los directores de una empresa tengan que esperar momentos para poder mandar por si su mando molesta.
Esto en sitios de peligro, por mando que hubiera.
Pues en la Palabra de Dios, que te ofrece vida Eterna, piensa lo que Dios podría hacer comparado con el director de una empresa.
Si esto lo pensara el hombre, a unos les daría alegría, y a otros pena y tristeza.
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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C7
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