martes, 19 de noviembre de 2019

No se sabe lo de Dios, hasta que Dios te lo aclara

En Sueño Profético vi a un hombre joven protestando de la vida. Otro iba con él, que cuando él nació, éste su edad tenía. No les unía parentesco; era que se conocían los padres y los abuelos. Con una gran diferencia, la familia del más joven pocas cuentas echaba del Cielo. El que doblaba la edad, nada hacía sin mirar arriba, y al mirar, en todo pedía consejo.

Ya se oyen estas palabras:

¿Tu has probado, cuando te llegue coraje, a decir: “Señor, hazme un cambio, y que mi lengua no sirva para enseñar como a mí me han enseñado? Señor, ¡si no merece esta vida que Tú estés al cuidado de mandarnos el oxígeno, el aire, el sol y el agua!”.

Esto no merece el hombre que el Cielo se lo mandara, porque el hombre, a cambio, mandó lo que tú estás mandando: provocar que contestara.

¡Abraza bien mi consejo, que parece que me mandan que diga esto que estoy diciendo!

Ya oyes la voz del joven con estas fuertes palabras:

Yo le prometo, Ginés, que cuando llegue a mi casa, no me van a conocer, aunque lleve el mismo traje, y tal como hoy me ve. Pero cuando oigan el nombre de Dios en mí con alegría, y tristeza refiriendo mi pasado, mi familia va a cundir que esto ha sido milagro.

Desperté, oí:

No se sabe lo de Dios,
hasta que Dios te lo aclara,
cuando tú pones Amor
para entender sus Palabras.

El que vio al joven nacer,
tuvo que poner distancia
para amistad romper,
porque allí se oía
siempre a Dios ofender.

De los contratiempos que el hombre,
él mismo se paga a buen precio,
a Dios hacían culpable.

Si la hacienda no rendía,
Lo insultaban,
porque el agua no caía.

Si ya caía mucha agua,
por pedirla el vacío de los embalses,
se podía pudrir el trigo,
¡y Dios tenía la culpa!

El mayor, al joven le da poder
que baja del Cielo,
y siendo el más rebelde,
trabaja de misionero.

Con el cambio de este joven,
hoy, todos están en el Cielo.

El que le doblaba la edad,
ya hizo lejanía
en paso y medio.


***

Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - C6

1 comentario:

  1. Qué lenguaje más bonito emplean los Santos del Cielo, y como broche de oro pone la lejanía en paso y medio,esto no se le ocurre a nadie que este pisando la tierra.

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